Viaje por Alsacia y ruta romantica

59 Capítulo 8 Domingo 12 de agosto (Obernai de agosto (Obernai – Estrasburgo Estrasburgo, 46 km) Noche tranquila en contra de lo que podíamos esperar después del atracón de Choucroute que nos dimos ayer. La mañana se ha despertado maravillosa con un sol radiante. Como de costumbre, a Javi le cuesta levantarse como a mí cuando tengo que ir a trabajar a las 4:30h de la mañana, es decir, muchísimo. Mientras él apura los últimos minutos de sueño en nuestra cama, Inma y yo reacondicionamos el salón, nos aseamos y hacemos el desayuno. El delicioso olor a café recién hecho despierta al pequeño de la casa. Nos despedimos de las encantadoras dueñas del Camping y a las 10:30h nos ponemos en marcha tranquilamente, hoy toca visitar Estrasburgo y tenemos todo el día para hacerlo. Estrasburgo Pocas ciudades han sabido conservar lo antiguo y adaptarse a lo nuevo como a lo largo de estos últimos años lo ha hecho Estrasburgo. Y no debe ser nada fácil hacerlo teniendo en cuenta los avatares históricos que, tanto la ciudad como la región, han tenido a lo largo de su azarosa historia. En los tres últimos siglos Estrasburgo (y por consiguiente Alsacia) ha cambiado múltiples veces de manos, pasando de ser posesión francesa a alemana y viceversa, ya lo dijimos con anterioridad. Por su situación geográfica central dentro de los miembros de origen de la unión europea, se decidió que fuese la Capital de Europa, sede de las Instituciones y Organismos de la UE y del Consejo de Europa. Además es, desde 1989, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Estrasburgo, con casi 270.000 habitantes, es la capital de Alsacia y además, su ciudad más importante. Para escribir y pronunciar el nombre de esta ciudad habría que estudiar varios idiomas y además de los difíciles, baste decir que en francés se escribe Strasbourg; en alemán Straßburg; se pronuncia Strossburi en alsaciano y para nosotros se escribe y se lee Estrasburgo, ahí queda eso. Para no liarnos mucho, y hacer la cosa más fácil (además de ser la correcta), diremos Estrasburgo y tan amigos. El encanto de esta ciudad alsaciana, de obligada visita, radica en gran parte a los dos brazos del río Ill que rodean la isla en la que está asentado el centro histórico, en su impresionante catedral y en las casitas al más puro estilo alsaciano del barrio de la Petite France. Al llegar a Estrasburgo, lo primero que nos encontramos es una ciudad semi-desierta. Que sea domingo tiene sus ventajas. Tras dar un par de vueltas buscando aparcamiento, y volvernos locos con las coordenadas de dos áreas para autocaravanas que nos habíamos bajado de Internet, desistimos y dejamos la autocaravana en la Plaza de la Universidad, en un mini-parking junto a dos autos italianas. No es un sitio que nos fascine pero ni está muy lejos del centro ni parece inseguro. El problema puede estar en el overbooking de este pequeño parking entre semana. Yo diría que aparcar aquí será misión imposible. Por cierto, a propósito de las áreas para autocaravanas de Estrasburgo que os comentábamos antes, podéis olvidaros de una de las que recomiendan en alguna web francesa porque ya no existe, están de obras por la zona y ha desaparecido (N 48.57362 – E 7.75473). Es la que había en la Rond Point Mendès-France. La otra está casi en Alemania, a escasos metros de la antigua frontera, sin exagerar nada (N 48.56670 – E 7.80000). De esta última se dice que la línea 11 del bus para allí mismo y te deja en el centro de la ciudad en 15 minutos. Nosotros ni lo intentamos.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTMxMjYy