- page 3

En el recorrido vimos un mercado a lo lejos y echándole dos pares
decidimos entrar. Era el típico mercado de los de verdad de la buena,
totalmente “autóctono” en el que la gente alucinaba, pues creemos que
éramos los únicos güiris que se habían atrevido a entrar ahí en muchos años.
Como muestra deciros que a Carmen la hacían fotos con el móvil a escondidas.
Había de todo, desde fruta, pescado, carne, ropa, especieros,
turroneros, herreros cambiando las herraduras a los asnos y burros, que por
cierto, quisimos sacar unas fotos y no nos dejó. En todos los mercados nos
hemos encontrado puestos de comida, pues en este también, y aunque las
condiciones higiénicas no son las occidentales, quisimos probar unas
albóndigas de cordero que hacen a la parrilla y un poco de pan (tres parrillas
de albóndigas y dos panes 6 euros). Nos las hicieron allí y nos las llevamos a la
auto, parando después a comerlas a un lado de la carretera. El sitio era
tranquilo, y aparentemente solitario, hasta que, no sabemos de donde,
aparecieron unos niños a pedirnos comida, ropa… Al final les dimos unas
cocacolas y unos juguetes, pero al rato aparecieron otros dos, que por
supuesto también querían. En fín, es un lío, porque no sabes como hacerlo, si
no les das mal y si les das no paran de pedirte más y más con el señora,
señora, y si no haces caso madame, madame, pero claro, a nosotros se nos
parte el corazón si no les damos nada. Hay gente que dice que no hay que
darles nada porque realmente no lo necesitan, pèro mi conciencia me dice que
son felices con unos juguetes que mis hijos ya no van a usar.
Continuamos el angustioso camino y por fin a las 19:30 aparecimos
en las cercanías de Fez y se nos acopló una moto preguntándonos si
buscabamos camping y al decirle que si nos llevó hasta el Camping
Internacional, del que suponemos que se llevaría comisión. Creo que si no es
por él no hubieramos llegado nunca, así que al intentar darle una propina no
me la aceptó, argumentando que su hermano es guía oficial y que hablaba
español, así que si queríamos nos podía guiar al día siguiente por Fez.
Quedamos con él a las nueve y media del día siguiente.
El camping más de lo mismo, servicios aceptables, mejor cuidado que
el de Chaouen, pero en fin, esto es Marruecos, no se puede esperar más.
Noche con luz y agua caliente 17 euros.
Como era pronto decidimos coger un grand taxi y por tres euros nos
acercó a la medina. Entramos por la plaza Boujloud, y como era de noche no
nos atrevíamos a adentrarnos mucho, pues da un poco de respeto el que esté
todo tan oscuro, tan estrecho, etc. Decidimos quedarnos en la plaza Serrajine,
que es donde se ven todos los restaurantes y en la que te asaltan los
camareros para que entres a cenar. Elegimos el restaurante La Kasbha porque
arriba tenía una terraza muy coqueta donde, por 7 euros cada uno, cenamos
junto a otra mesa de güiris. La comida y el servicio no eran los mejores del
mundo, por lo que yo elegiría otra opción para cenar. De ahí otro grand taxi y
al camping.
1,2 4,5,6,7
Powered by FlippingBook