Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 158 Pero con todo esto, la plaza más querida por los praguenses es el lugar que guarda la historia más reciente del país. En 1968 hubo manifestaciones por la llegada de los tanques del Pacto de Varsovia durante la Primavera de Praga. En enero de 1969, el estudiante Jan Palach se quemó vivo en protesta por la ocupación rusa al pie de la estatua de San Wenceslao. En noviembre de 1989, unos días después de la caída del Muro de Berlín, los estudiantes quisieron celebrar el cincuenta aniversario de los tristes acontecimientos ocurridos el 17 de noviembre de 1939. Aquel día, los nazis habían invadido la ciudad universitaria y asesinado a muchos estudiantes, acto seguido enviaron a los supervivientes a los campos de concentración. El 17 de noviembre de 1989 la policía del régimen comunista dio su autorización para la manifestación, pero se les fue de las manos. Cuando los estudiantes comenzaron a pedir Democracia y Libertad, la manifestación fue reprimida con gran violencia. La televisión trasmitía los acontecimientos y, la vista de los rostros ensangrentados y los golpes dados por la policía, así como el rumor de que los estudiantes asesinados habían sido transportados en camionetas a una morgue, produjo la indignación y la sublevación de la población de Praga que se lanzó a la calle pidiendo el fin del comunismo. A este hecho se le llamó la Revolución de Terciopelo, y supuso la desvinculación completa de Checoslovaquia del régimen comunista y del dominio soviético. Ante todos estos acontecimientos, es curioso comprobar cómo en esta plaza se encuentra el Museo del Comunismo paradójicamente instalado entre un McDonald’s y un Casino de juego. ¡¡¡Si Marx levantara la cabeza!!!

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