Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 49 Hameln ((Hamelin) - Estado: Baja Sajonia (Alemania) - Distrito: Hameln-Pyrmont - Habitantes: 59.000 - Altitud: 73 metros sobre el nivel del mar - Coordenadas GPS: N 52º 06’ 14’’ / E 9º 21’ 25’’ - Temperatura el día de la llegada: 19ºC (19:30h) Hameln Baja Sajonia Llegamos al área de autocaravanas de Hameln a las 19:30h. Es un área con una treintena de plazas muy amplias, todas asfaltadas e iluminadas por la noche. Una vez posicionados en una de las parcelas de las muchas que hay libres, insertamos 8€ en una máquina tipo parquímetro para poder pernoctar. La maquinita en cuestión te dispensa un ticket el cual hay que colocar en un lugar visible en el interior de la autocaravana. Nada que no sepáis. Para los que sólo deseen aparcar y no pernoctar, el precio es de 1€ por hora. La conexión eléctrica va aparte en un borne con varios enchufes. Con 2€ disponemos de 16 horas, más que suficientes hasta que mañana abandonemos de la ciudad. Una vez conectados, puestos los calzos en las ruedas y nosotros cambiados de ropa, nos disponemos a hacer una rápida visita a la ciudad. En poco más de un cuarto de hora nos presentamos en las casi desérticas calles del centro histórico de este mágico lugar. Hameln, la famosa ciudad alemana junto al río Weser inmortalizada por los hermanos Grimm en su cuento “El flautista de Hamelin”, nos recibe con su colorido renacentista y sus calles empedradas. La atmósfera de cuento que se respira al pisar sus calles tiene mucho que ver con la famosa historia del flautista. Y es que un halo de misterio envuelve Hameln a la caída de la tarde, cuando al doblar cada esquina no estás muy seguro de si vas a cruzarte con algún personaje del famoso cuento infantil. Quién sabe, incluso, si con el espíritu de sus autores que hayan retornado del más allá para dar una vuelta por la ciudad. Porque aunque la historia de Hameln está envuelta en el cuento, y la frontera que separa lo real de lo imaginado es aquí bastante exigua, nadie está en condiciones de desmentirla por completo. De hecho, aun se duda de si aquello fue real o simplemente una leyenda que argumentaron los famosos hermanos. Sea como fuere, prefiero pensar, por tanto, que cuando hemos llegado a Hameln lo hemos hecho a un reino mágico de la Baja Sajonia, donde el reloj parece estar parado desde hace mucho tiempo. Para el que no conozca la historia, el famoso cuento se desarrolla en el año 1284 y relata la preocupación de los habitantes de la población al descubrir un buen día que la ciudad había sido invadida por miles de ratas. Un desconocido se ofreció para resolver el problema a cambio de cien monedas de oro. Su propuesta fue aceptada de inmediato por las autoridades. El hombre comenzó a caminar hacia las afueras tocando con su flauta una cautivadora melodía que hizo que todas las ratas salieran de sus escondites y lo siguieran absortas.

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