Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 59 Hildesheim - Estado: Baja Sajonia (Alemania) - Distrito: Hildesheim - Habitantes: 106.000 - Altitud: 92 metros sobre el nivel del mar - Coordenadas GPS: N 52º 09’ 03’’ / E 9º 57’ 03’’ - Temperatura el día de la llegada: 24ºC (14:15h) Hildesheim Baja Sajonia Los viajeros que visitamos Alemania, acostumbramos a pasar de largo por ciudades como Hildesheim. Está claro que no tiene la chispa de Hameln ni mucho menos el encanto de Wolfenbüttel, pero tampoco nos disgusta dedicarle tres o cuatro horas a conocer de cerca la octava ciudad más grande del estado de la Baja Sajonia. A las 14:00h en punto entramos en Hildesheim. Después de dar varias vueltas para poder aparcar, encontramos un pequeño parking en una calle no muy lejos del centro. Os diré que cuando estaba planificando este viaje, indagué para ver si aquí había áreas o parking pero la búsqueda fue infructuosa. Ignoro si hay algún lugar de aparcamiento específico para autocaravanas en esta ciudad, pero si así fuese, yo no lo encontré en su día ni tampoco ahora. Hacemos una comida rápida para no perder mucho tiempo y antes de que den las 15:00h nos ponemos en marcha. Hildesheim no es uno de esos lugares lleno de mentiras para turistas. Hildesheim es real. Carece de lo que otras ciudades alemanas, es decir, del encanto de pueblecitos como Monschau, Hameln o Wolfenbüttel, pero es que estas cosas no son comparables; si excluimos la Catedral de Santa María y la Iglesia de San Miguel, sólo la Marktplatz concentra la curiosidad de esta reconstruida ciudad. Mentiríamos si dijésemos que, excluyendo lo anteriormente dicho, el resto de la ciudad carece de interés, pero para ser sinceros, la majestuosa plaza se lleva todos los halagos posibles. En su descargo tenemos de decir que casi la mitad de la ciudad fue arrasada en la Segunda Guerra Mundial durante los bombardeos aéreos de marzo de 1945, por lo que no hay que buscar ni edificios históricos ni muchas huellas del pasado, sólo hay que buscar la tranquilidad de un lugar a caballo entre una mediana ciudad y un pequeño y encantador pueblo típicamente alemán, y eso, con 106.000 habitantes, es mucho decir. Una vez interiorizados los pormenores básicos de Hildesheim, iniciamos nuestra visita por la Catedral de Santa María, recorriendo su interior y deteniéndonos a cada instante en cada uno de sus maravillosos detalles.

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