Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 62 El resto de la plaza, al igual que se hizo con la Knochenhaueramtshaus, se ha intentado reconstruir fielmente con los planos originales para dejarla tal y como estaba antes de la guerra, y la verdad es que se ha conseguido, es toda una delicia poder contemplar tan magnífica obra. Casi todas las calles del casco histórico son empedradas y muy tranquilas. Si sois de los que os volvéis locos por las compras, podréis dar rienda suelta a vuestros instintos en la calle principal, la Almsstrasse, la cual está llena de tiendas de ropa, zapaterías, anticuarios y restaurantes. Con la fina lluvia como compañera, recorremos la turística calle sintiendo un bullicio sumergido. Una calma desenfrenada. Un punto ejemplar de civismo, de tranquilidad, de sosiego. Tras recorrer algunas callejuelas solitarias, y después de comprar dulces y unos refrescos para el camino, tomamos la Langer Hagenstrasse que nos lleva hasta una pequeña colina donde se levanta majestuosa la St.Micheleliskirche (Iglesia de San Miguel). Por desgracia para nosotros, está toda cubierta de andamios, piedras y grúas ya que está en fase de restauración, por lo que el exterior de esta joya Patrimonio de la Unesco no se puede apreciar en su plenitud. Damos una vuelta por sus aledaños y, sin demora, entramos a ver la otra maravilla de Hildesheim.

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