Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 97 Todo el barrio del castillo tiene sabor a viejo, tiene su encanto, mucho encanto. Sus colores armonizan con el paisaje de alrededor y perderse entre sus calles es un ejercicio que te traslada a su historia; estar aquí te deja una sensación de plenitud tal, que al pasear lentamente por estas viejas calles adoquinadas el tiempo parece haberse detenido. En un postrero intento de hacer algo más llevadera la visita al castillo, decidimos reponer líquidos en uno de los pocos bares que encontramos en el barrio. Reponemos algo más que líquidos y, tras hacer las compras de rigor damos por finalizada la visita a este bellísimo y encantador pueblo alemán el cual os recomendamos sin lugar a dudas. Salimos del parking de Quedlinburg a las 13:10h. A la salida de la ciudad compramos pan y leche en un pequeño centro comercial y ponemos rumbo sureste. Después de una treintena de kilómetros, cogemos la autopista A14 que ya no abandonaremos hasta 20 kilómetros antes de llegar a Dresden. En el camino, cargamos gasoil en Güsten y aprovechamos para comer. Ya en la ciudad de Dresden, y tras visitar infructuosamente un par de parking, optamos por un tercero que llevamos metido en el navegador y que está algo más retirado. Nos cambiamos de ropa y nos vamos a visitar una de las maravillas de la antigua RDA: Dresden.

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