Desde el Rif Marroqui a los Alpes Ponticos

55 Mañana salimos de Bulgaria, solo de pensarlo me entran ganas de llorar: precioso país de gente un poco seca pero correcta y educada, el paisaje maravilloso, sobre todo en las montañas, el mar Negro no guarda vistas inolvidables ni mucho menos, los monasterios, divinos, y el resto, lo que implica el conjunto del país es una gozada, merece con mucho la pena venir a este país, y los precios aun son los que eran cuando utilizabas pesetas y no euros, solo algunas carreteras están aun en estado semi- lamentable pero el olor que desprende a hinojo dulce te llena los sentidos de una fragancia especial. 292,3 Km. N 43º 24´16´´ E 28º 1´08´´ RUMANIA Día 29 de julio Hemos cruzado la frontera de Rumania y esta vez no hay que pagar viñeta, hemos pasado por las tres grandes urbes griegas, en la antigüedad Tomis, Callatis e Histria. Diferenciarla de la Istria Croata. El litoral rumano ofrece a quien lo quiera ver, a pesar de la tremenda propaganda, bastante poco; sus playas son de una gruesa arena sin encanto, sin servicios y excepto Mamaia un par de kilómetros mas arriba de Constanza, donde para pasar por la carretera que trascurre en medio del mar Negro y de un lago de agua dulce llamado Siutghiol hay que pagar 3 leis. Muchos hoteles y restaurantes, lugares de ocio y diversión, pero que por ejemplo no alcanzan a Agadir en infraestructura turística, tres o cuatro camping masificados de tiendas de campaña y alguna que otra caravana. La capital de este litoral es Constanza, una ciudad que debió conocer fantásticas épocas pero que hoy la pobrecita está que da pena, aunque sea la tercera ciudad rumana y la llaman la capital del Mar Negro lo que si es cierto es que tiene sus raíces en la antigüedad con leyendas misteriosas y poetas que buscan musas y deidades.

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