Desde el Rif Marroqui a los Alpes Ponticos

62 La anécdota ha sido que yendo a comprar sellos le preguntamos a un señor por la posta y parece enfadado, pero al fin reacciona y se da cuenta de que somos guiris porque estábamos debajo de ella; estaba en el primer piso y para comprar sellos has de correr una aventura: primero enterarte de la ventanilla que los venden y no creáis que es tarea fácil, después guardar cola tras certificados, faxes, reembolsos, y cuando te llega el turno pedir los sellos; otra tarea agotadora, la funcionaria abre carpetas consultan precios cuenta y vuelve a contar el numero de sellos que pides, después la ardua tarea de que consulte la suma total de los sellos pedidos y te expida una factura por el importe. Total, comprar seis sellos nos llegó algo así como hora y cuarto entre la espera, la cola y que la funcionaria colase a una conocida. Miskolc es una ciudad agradable, para el parking un señor nos ha regalado 25 céntimos que nos faltaban para completar el importe de la zona, claro está en forintos, la división seria 1 euro = 260 forintos. Después vamos a Eger y aparcamos a la primera, cerca del Centro. Es una ciudad preciosísima, recomiendo si venís a Hungría no perdérosla; llena de monumentos, la riega el río Eger y tiene un gran pasado histórico, porque allí durante un mes asediaron los turcos la ciudad y sus habitantes se refugiaron en el castillo y algo así como Numancia, ocurrió, al final que los turcos la conquistaron, pero en 1596, en el asedio las féminas jugaron un papel importante. Los austriacos destruyeron el castillo, como todos los que se encontraban a su alcance, y hoy se restaura poco a poco, pero no es nada del otro jueves. Lo que si merece y mucho la pena es la basílica barroca sede del obispado de la ciudad. Artísticamente Eger es una joya y sus calles llenas de edificios sensacionales. Con mi dichosa rodilla, hemos ideado montarnos en esos trencitos turísticos que hay en muchas ciudades, y así no sufre la rodilla tanto.Todos los comercios y locales cierran a las seis, cosa sorprendente, pero a esa hora con sol en el cielo la ciudad parece descanar en un sueño tempranero y tranquilo; como para nosotros es muy temprano marchamos a ver en Cserepfalu las celebres piedras colmenas, unas rocas cónicas donde los hombres de la edad de bronce excavaron tumbas en forma de colmenas. Contra el aborto, Hungría

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