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autocaravana, menos mal que estábamos parados, no quiero pensar si
esto nos ocurre en ruta
Tapamos el inoportuno orificio de ventilación y nos marchamos al
área de Camaret, aquí preguntamos a nuestros vecinos franceses un lugar
donde reparar el entuerto, no hay solución en Camaret, nos tenemos que
acercar a Brest, es el único sitio cercano donde hay garantías de encontrar
la claraboya desaparecida.
Llegando, al lado izquierdo de la autovía vemos un concesionario
oficial de Dethleffs, como podemos cambiamos de sentido y al final
encontramos la entrada, está cerrado, estos franceses y su manía de
cerrar pronto, bueno mañana volveremos, la noche la pasamos en el
aparcamiento del Oceanopolis, hay una parte que no tiene barrera de
altura y es donde aparcan las autocaravanas, hay una 6 o 7 ya instaladas,
nosotros nos sumamos a la familia y a pasar la noche, estamos carretera
por medio del puerto, el aire llega húmedo y frio. Se impone la cordura
jugar a las cartas y descansar.
Por la mañana volvemos al concesionario, como puede Ana le
explica al comercial nuestro problema, este se acerca a la autocaravana,
ve el desaguisado y después de rebuscar nos dice que hay un problema,
las claraboyas que tiene son de 40 cm de lado y nosotros la necesitamos
de 30, jod…… que mala suerte, aún así habla con otro empleado y este
aparece después de un momento con la claraboya que nos hace falta, es
antigua probablemente quitada a un vehículo viejo pero en perfecto
estado de servicio, nos la ofrece y nos enseña cómo ponerla, a la hora de
cobrar en un italo-español mezclado con gracia y arte torero cuenta del
uno al diez atragantándose en el siete y entre risas nos cobra diez euros
por la pieza, bueno no está mal, ellos se quitan el muerto de encima y yo
salgo más contento que unas castañuelas. Me encantan estos franceses
con sentido del humor.
