Cuanto mas se sube, mas impresionante es el paisaje y al llegar arriba la
vista del lago rodeado de cumbres quita el hipo.
Tanto nos gustó que a medida que bajábamos el puerto y empezábamos a
ver la subida al Furka delante nuestro, nos planteamos cambiar los planes
del día.
Tras darle vueltas decidimos hacer las cosas como estaban previstas.