De todas maneras el futuro es este:
Tank PitStop, la gasolinera robotizada
No estamos demasiado acostumbrados a ver
gasolineras robotizadas totalmente automáticas, más que nada porque la
presencia humana hasta ahora siempre ha sido imprescindible. Es decir, cuando acudimos a nuestra gasolinera habitual necesitamos de una mano humana para introducir la manguera en la boca de combustible y apretarla para que el
oro líquido comience a fluir hacia el depósito de nuestro coche. Si vamos a una gasolinera tradicional, un amable operador lo hará por nosotros, mientras que si vamos a una gasolinera autoservicio tendremos que hacerlo nosotros mismos.
En Holanda han ido un paso más allá y ya existe un
sistema completamente robotizado, en el que no tendremos que bajarnos de nuestro vehículo ni mover apenas un dedo para repostar combustible. El sistema se llama
Tank PitStop y gracias a él, las estaciones de servicio podrían ser atendidas con un robot, de forma totalmente mecánica y electrónica, con un brazo mecánico que rellena la cantidad deseada en el depósito de combustible de nuestro vehículo.
Para comenzar a usar los servicios de esta curiosa gasolinera, el cliente ha de solicitar un
chip personalizado, que va oculto en una pegatina colocada en el parabrisas del coche. Este chip almacena todos los datos (marca, modelo y motor del vehículo, combustible que utiliza, dónde está ubicada la boca de repostaje en el vehículo, cantidad de combustible requerido, ángulo del brazo del robot para repostar, etcétera).
El chip, junto a su pegatina, va correspondientemente unido de forma indisoluble al vehículo, de forma que si lo retirásemos para colocarlo en otro vehículo distinto dejaría de funcionar.
Una vez que tenemos el chip activado, podemos ir a hacer nuestro primer repostaje. En cada repostaje, una vez que se aproxima el vehículo, a través de unos
sensores y una pantalla electrónica se nos indica dónde debemos parar, de forma muy similar a la de un lavadero automático.
A partir de aquí, ya está todo el trabajo hecho: el
robot, que tiene tres brazos operativos, abre de forma automática la tapa del combustible, saca el tapón e introduce con uno de los brazos la manguera de combustible correcta para rellenar el depósito combustible apropiado.
Una vez finalizado el proceso, el
robot se retira mediante un proceso que sigue pasos inversos a los anteriores y la pantalla nos indica que el repostaje ha finalizado. Ya podemos partir y gracias al chip el sistema nos cobrará a partir de nuestra
tarjeta de crédito, también de forma
totalmente automática. Y todo esto sin apenas mover un dedo ni levantarnos del asiento del vehículo.
Actualmente, ya hay gasolineras en Holanda funcionando con este sistema.
¿Las veremos pronto por aquí? Teniendo en cuenta que la propia empresa vende la tecnología para poder ser instalada de forma apropiada en cualquier estación de servicio convencional, no sería de extrañar que dentro de no demasiado tiempo viésemos más de una de estas “gasolineras robotizadas” totalmente automáticas. Personalmente, yo casi seguiré prefiriendo la asistencia de unas
sabias y amables manos humanas para tan noble acto.