Copio el artículo de El Sur...
Aunque el momento de mayor esplendor ha sido la Semana Santa, todavía es posible ver las laderas de la vega del río Palancar y parajes como el de Gastarrejas en Alfarnate plagados de cerezos en flor. Un espectáculo para la vista que transforma por completo el paisaje de este pequeño pueblo de la Axarquía.
La floración se ha convertido en un reclamo para cientos de malagueños deseosos de asistir a la transformación que experimenta el campo alfarnateño, que en apenas 20 años ha logrado convertirse en uno de los principales productores de cerezas de la provincia con más de 140.000 kilos de fruta.
Esta primavera, además, Alfarnate ha registrado la visita de turistas japoneses atraídos por la belleza de los cerezos. «No sabemos si es porque creen que da buena suerte, pero este año se han visto familias enteras de japoneses merendando bajos los cerezos en flor», asegura el concejal de Agricultura del Ayuntamiento, Salvador Urdiales.
La realidad es que el pueblo japonés valora enormemente la flor del cerezo. En el país nipón existe la arraigada costumbre de la 'hanami', que consiste en comer bajo estos árboles mientras admiraban las flores con sus más allegados.
Duración
En esta zona de la Axarquía la flor, que tiene una duración de entre siete y diez días en el árbol, invade el campo entre marzo y abril. «Es tan intensa que ni tan siquiera se ven las ramas, únicamente se puede vislumbrar el trono. El resto es una gran masa blanca en la copa», explica Salvador Emilio García, uno de los principales productores de cerezas y pioneros en la plantación de este árbol en el municipio.
Según García, la floración está en función de la variedad. «Unas lo hacen antes y otras después. Esto no quiere decir que las primeras tengan como resultado un producto más temprano ni que los últimos sean más tardíos. Los ciclos de maduración son diferentes para cada variedad, de modo que hay casos en los que los árboles que florecen primero son los que más tardan en dar el fruto», señala.
Para Salvador, el éxito del cerezal en Alfarnate obedece al microclima que se da en el municipio, a escasos 30 kilómetros en línea recta del mar, la altitud (925 metros sobre el nivel del mar) y las noches frías, ya que se trata de árboles que exigen dos mil horas de frío al año.
Antonio Santos, que es otro de los grandes productores de cereza del municipio, reconoce que cada vez más gente acude a Alfarnate para presenciar la floración. «Las visitas desde marzo son constantes los fines de semana. Todo el mundo que llega al pueblo lo hace preguntando por los lugares a los que pueden ir para ver los cerezos en flor», asegura.
Santos es de la opinión de que desde las instituciones se debe fomentar el cultivo. «Aunque nunca nos podremos comparar con El Jerte (Cáceres), el efecto es incuestionable y además se trata de un cultivo rentable y social porque crea mano de obra en la recolección, que se hace de manera selectiva y en su momento justo», afirma Antonio.
Según este agricultor, a diferencia de El Jerte las plantaciones de Alfarnate se caracterizan por una mayor densidad de árboles, aunque más pequeños, lo que aumenta la producción y abarata los costes de recolección. En el municipio alfarnateño existen unas 40 hectáreas dedicadas al cerezo.
El edil de Agricultura, Salvador Urdiales, ha anunciado la intención de los ayuntamientos de Alfarnate y Alfarnatejo de contar con un taller de empleo destinado a crear una finca de experimentación en la que plantar todas las variedades de cerezos, comprobar su adaptación al terreno y conocer cuáles resultan más productivas, a la vez que reintroducir el cultivo del endrino con vistas a producir pacharán.
Me ha resultado curioso eso de que los japoneses se acerquen a pasar el día bajo la copa de los cerezos... El otro día vi una película titulada justamente "Cerezos en flor" en la que se veía como disfrutan de los parques en la etapa de floración... Comen, beben, juegan, se reunen...
