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SANTA CRUZ DE TENERIFE Hasta ahora ir a disfrutar de unas chuletas en las distintas áreas recreativas con las que cuenta la Isla no cuesta nada, a excepción de lo que se gaste en la carne y en el vino que la suele acompañar. Esta situación puede cambiar, pues el Cabildo, a través del consejero de Medio Ambiente, Wladimiro Rodríguez Brito, ha declarado a este periódico que la corporación sigue estudiando la posibilidad de cobrar a los ciudadanos por usar estos espacios. También ha anunciado que éstos tendrán que pagar por visitar el Barranco de Masca, tal y como ya se hace en el Barranco del Infierno, "pues es necesario contratar guías, pues estamos teniendo problemas de seguridad".
Con respecto a las áreas recreativas o merenderos, el consejero comenta "que sería bueno que los ciudadanos colaborasen con algo que les duela, con tres euros o más, para que así no se estropeen las instalaciones y para que no se lleven la leña o la utilicen sin control ninguno. Debemos valorar otra posibilidad de gestión en estas áreas".
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Precisamente, el Plan Territorial Especial de Áreas Libres de Esparcimiento, que redacta el Cabildo y que se encuentra en fase de avance, establece como la más adecuada y ajustada a la realidad, entre las diferentes formas de gestión que existen, la de la gestión indirecta mediante una sociedad mercantil de la corporación insular, en principio con capital enteramente público, pero con vistas a medio plazo a una progresiva incorporación de los ayuntamientos implicados. En un futuro posterior se pasaría a una empresa de capital mixto, donde se dé cabida a la iniciativa privada.
Este medio, según indica el plan, permitiría en una etapa inicial conseguir que el Cabildo pueda implantar un sistema organizado y disciplinado de espíritu empresarial, para paulatinamente ir integrando a un mayor número de actores implicados y llegar a una gestión comunitaria donde se conjuguen los distintos intereses, públicos y privados, relacionados con el uso público insular. En esta fórmula podría incluirse la posibilidad de que los usuarios de las áreas recreativas paguen algo por utilizarlas.
Según el plan territorial, la adopción de la medida de implantar una sociedad mercantil tiene como ventajas, entre otras, la de disponer de autonomía de gestión respecto a la corporación insular, agilizándose el proceso de toma de decisiones y fórmulas de contratación; la de generar recursos propios y un sistema de optimización económica y autofinanciación para las actividades del área de Medio Ambiente; la de reducir la demanda de personal al servicio directo de la administración y la de generar posibilidades de crecimiento en la actividad desarrollada.
Dificultades. Además de los problemas de gestión en estas áreas, el Plan de Áreas Libres de Esparcimiento también establece otra serie de problemáticas actuales en relación a estas zonas, como son el desequilibrio en la oferta actual de las plazas; la ubicación de algunas áreas próximas a las carreteras; la dificultad de acceso en varios casos; la ausencia de homogeneidad y normalización de los equipamientos; problemas de compatibilidad de usos recreativos y de acampada en algunas áreas; usos inadecuados; cercanía de áreas a zonas de sensibilidad ambiental alta, y la necesidad de medidas correctoras para minimizar el impacto ambiental.
Cierre de áreas recreativas por riesgos
El Plan Territorial Especial de Ordenación de las Áreas Libres de Esparcimiento que redacta el Cabildo señala que en la actualidad existen áreas cuyas características o ubicación generan situaciones de riesgos para los usuarios, y por lo tanto, tendrán que ser sustituidas. Estas situaciones de riesgo se refieren a peligro en caso de incendios por la dificultad de evacuación debido a las características del viario o de la propia área; zonas que están atravesadas por el viario de acceso y que presentan equipamientos indispensables para su uso en ambos márgenes, y existencia de zonas en el área que presenten desniveles que puedan hacer peligrar la integridad física de los ciudadanos.
El documento también establece que todas las áreas recreativas situadas a borde de carretera se consideran fuera de la ordenación y su progresivo cierre se deberá vincular a la creación de equipamientos alternativos que absorban la demanda. Estas zonas para chuletadas ubicadas próximas a las carreteras son Las Lagunetas, en el municipio de El Rosario; El Rincón, en La Orotava; La Higuerita, en Los Realejos; Barranco de Ruiz, entre Los Realejos y San Juan de la Rambla; Santa Catalina, en La Guancha); El Pinalete, también en La Guancha; Puerto del Carmen, en el municipio de Garachico; Puerto Escondido, en El Tanque; Casa de La Gomera, en Los Silos; Carretera de Toledo, en Buenavista del Norte; Barranco de trina, también en Buenavista; Puzol, en Güímar; Castaño, también en Güímar; Atguaxoña, en Granadilla, y Santiago del Teide, en el municipio de Santiago del Teide.
Problemas actuales
Desequilibrio en la oferta. El número de plazas ofertadas en las áreas recreativas de la Isla no se corresponde con la demanda potencial. Este problema es menor en las áreas de acampada.
Ubicación inadecuada. Algunas áreas cuentan con equipamientos que ocupan las zonas de servidumbre de carretera. También hay algunas en emplazamientos excesivamente cercanos a zonas urbanas o residenciales.
Dificultades de acceso Algunas áreas libres de esparcimiento cuentan con dificultades de acceso.
Problemas de gestión. Con respecto a las áreas recreativas estos problemas tienen un origen principalmente económico, ya que evitar que no disminuya el nivel del servicio supone una grave carga económica para la administración insular. Y en el caso de los campamentos se detecta una infrautilización de las instalaciones.
Ausencia de homogeneidad. En las áreas recreativas existen importantes diferencias en aspectos como la disponibilidad de espacio libre por plaza de usuario; el dimensionamiento de los equipamientos complementarios (zonas deportivas y recreativas); las plazas de aparcamiento de acuerdo a la capacidad del parking y la calidad del mobiliario. Por lo tanto, la ausencia de homogeneidad y normalización de los equipamientos de las distintas áreas es otro problema.
Usos inadecuados. Se produce especialmente en áreas vinculadas a actividades no relacionadas con el disfrute del medio natural.
Problemas de compatibilidad. Existen equipamientos en los que la zona de acampada no dispone de un espacio propio, acotado y separado de las zonas destinadas a áreas recreativas.
Cercanía a espacios protegidos. Algunas áreas están muy próximas a zonas de sensibilidad ambiental muy alta, y se pueden generar impactos no deseados.
Medidas correctoras. Se deben llevar a cabo medidas preventivas y también correctoras para minimizar el impacto ambiental de algunas áreas. Se relaciona principalmente con los accesos rodados, el aparcamiento, los residuos y vertidos, así como con la contaminación acústica y el efecto de la compactación del suelo.
fuente y foto: La Opinin de Tenerife - Tenerife - El Cabildo sigue estudiando cobrar por las chuletadas
Con respecto a las áreas recreativas o merenderos, el consejero comenta "que sería bueno que los ciudadanos colaborasen con algo que les duela, con tres euros o más, para que así no se estropeen las instalaciones y para que no se lleven la leña o la utilicen sin control ninguno. Debemos valorar otra posibilidad de gestión en estas áreas".
Precisamente, el Plan Territorial Especial de Áreas Libres de Esparcimiento, que redacta el Cabildo y que se encuentra en fase de avance, establece como la más adecuada y ajustada a la realidad, entre las diferentes formas de gestión que existen, la de la gestión indirecta mediante una sociedad mercantil de la corporación insular, en principio con capital enteramente público, pero con vistas a medio plazo a una progresiva incorporación de los ayuntamientos implicados. En un futuro posterior se pasaría a una empresa de capital mixto, donde se dé cabida a la iniciativa privada.
Este medio, según indica el plan, permitiría en una etapa inicial conseguir que el Cabildo pueda implantar un sistema organizado y disciplinado de espíritu empresarial, para paulatinamente ir integrando a un mayor número de actores implicados y llegar a una gestión comunitaria donde se conjuguen los distintos intereses, públicos y privados, relacionados con el uso público insular. En esta fórmula podría incluirse la posibilidad de que los usuarios de las áreas recreativas paguen algo por utilizarlas.
Según el plan territorial, la adopción de la medida de implantar una sociedad mercantil tiene como ventajas, entre otras, la de disponer de autonomía de gestión respecto a la corporación insular, agilizándose el proceso de toma de decisiones y fórmulas de contratación; la de generar recursos propios y un sistema de optimización económica y autofinanciación para las actividades del área de Medio Ambiente; la de reducir la demanda de personal al servicio directo de la administración y la de generar posibilidades de crecimiento en la actividad desarrollada.
Dificultades. Además de los problemas de gestión en estas áreas, el Plan de Áreas Libres de Esparcimiento también establece otra serie de problemáticas actuales en relación a estas zonas, como son el desequilibrio en la oferta actual de las plazas; la ubicación de algunas áreas próximas a las carreteras; la dificultad de acceso en varios casos; la ausencia de homogeneidad y normalización de los equipamientos; problemas de compatibilidad de usos recreativos y de acampada en algunas áreas; usos inadecuados; cercanía de áreas a zonas de sensibilidad ambiental alta, y la necesidad de medidas correctoras para minimizar el impacto ambiental.
Cierre de áreas recreativas por riesgos
El Plan Territorial Especial de Ordenación de las Áreas Libres de Esparcimiento que redacta el Cabildo señala que en la actualidad existen áreas cuyas características o ubicación generan situaciones de riesgos para los usuarios, y por lo tanto, tendrán que ser sustituidas. Estas situaciones de riesgo se refieren a peligro en caso de incendios por la dificultad de evacuación debido a las características del viario o de la propia área; zonas que están atravesadas por el viario de acceso y que presentan equipamientos indispensables para su uso en ambos márgenes, y existencia de zonas en el área que presenten desniveles que puedan hacer peligrar la integridad física de los ciudadanos.
El documento también establece que todas las áreas recreativas situadas a borde de carretera se consideran fuera de la ordenación y su progresivo cierre se deberá vincular a la creación de equipamientos alternativos que absorban la demanda. Estas zonas para chuletadas ubicadas próximas a las carreteras son Las Lagunetas, en el municipio de El Rosario; El Rincón, en La Orotava; La Higuerita, en Los Realejos; Barranco de Ruiz, entre Los Realejos y San Juan de la Rambla; Santa Catalina, en La Guancha); El Pinalete, también en La Guancha; Puerto del Carmen, en el municipio de Garachico; Puerto Escondido, en El Tanque; Casa de La Gomera, en Los Silos; Carretera de Toledo, en Buenavista del Norte; Barranco de trina, también en Buenavista; Puzol, en Güímar; Castaño, también en Güímar; Atguaxoña, en Granadilla, y Santiago del Teide, en el municipio de Santiago del Teide.
Problemas actuales
Desequilibrio en la oferta. El número de plazas ofertadas en las áreas recreativas de la Isla no se corresponde con la demanda potencial. Este problema es menor en las áreas de acampada.
Ubicación inadecuada. Algunas áreas cuentan con equipamientos que ocupan las zonas de servidumbre de carretera. También hay algunas en emplazamientos excesivamente cercanos a zonas urbanas o residenciales.
Dificultades de acceso Algunas áreas libres de esparcimiento cuentan con dificultades de acceso.
Problemas de gestión. Con respecto a las áreas recreativas estos problemas tienen un origen principalmente económico, ya que evitar que no disminuya el nivel del servicio supone una grave carga económica para la administración insular. Y en el caso de los campamentos se detecta una infrautilización de las instalaciones.
Ausencia de homogeneidad. En las áreas recreativas existen importantes diferencias en aspectos como la disponibilidad de espacio libre por plaza de usuario; el dimensionamiento de los equipamientos complementarios (zonas deportivas y recreativas); las plazas de aparcamiento de acuerdo a la capacidad del parking y la calidad del mobiliario. Por lo tanto, la ausencia de homogeneidad y normalización de los equipamientos de las distintas áreas es otro problema.
Usos inadecuados. Se produce especialmente en áreas vinculadas a actividades no relacionadas con el disfrute del medio natural.
Problemas de compatibilidad. Existen equipamientos en los que la zona de acampada no dispone de un espacio propio, acotado y separado de las zonas destinadas a áreas recreativas.
Cercanía a espacios protegidos. Algunas áreas están muy próximas a zonas de sensibilidad ambiental muy alta, y se pueden generar impactos no deseados.
Medidas correctoras. Se deben llevar a cabo medidas preventivas y también correctoras para minimizar el impacto ambiental de algunas áreas. Se relaciona principalmente con los accesos rodados, el aparcamiento, los residuos y vertidos, así como con la contaminación acústica y el efecto de la compactación del suelo.
fuente y foto: La Opinin de Tenerife - Tenerife - El Cabildo sigue estudiando cobrar por las chuletadas
