Elementaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal:
Me parece a mi. Y me explico: Tengo un amiguete que se ha gastado una buena pasta en cambiar una buena AC (grande) por otra AC (igual de grande), integral y con otras peculiaridades que no están a la vista. Si la primera era una buena AC (y cara... unos 10 kilos de los de antes) la segunda, entre pitos y flautas puede que supere los 15. A simple vista, mi amiguete ha tirado un pastón, porque por bien valorada que sea la que entrega, perderá el IVA y parte del precio; y por buen precio que le afinen en la segunda, pagará otro IVA y la estrena; encima, si miras una y miras la otra, no acabas de ver dónde están esos millones de diferencia y concluyes que mi amiguete está "pallá".
Visto lo que anteriormente expongo, que es casi un galimatías, resulta que mi amiguete, dice él, que cuando alguien se da un capricho, el resto de las explicaciones huelgan, y, si tienes la mala fortuna de sufrir un alcance en un atasco, o te gusta el campismo de montaña y nieve, o el de arena y desierto, el material de la superestructura del vehículo no se hunde como un pastel de nata, mantiene una temperatura interior estable, y mil detalles más que obvio es relatarlos.
Las AC y las CV están diseñadas para que sus pesos y los de los conjuntos en el segundo caso, no superen los 3.500 kilos y así que la mayoría de los ciudadanos puedan conducirlas como si fuesen su propio turismo (evidentemente, esto en la práctica no se cumple). Y, si pesan poco, pensar en que son robustas es vivir en la galaxia del real madrí (con minúsculas, ¿eh?).
Si a uno le dan un golpe de alcance, o si se sale por un bandanzo del viento lateral, o si es un irresponsable que confunde una AC (por caballos que tenga) como el R-25 de Fernando Alonso, sobre todo en este último caso, lo mejor que se le puede desear, además de que no tenga ninguna consecuencia física, ni los que tengan la desgracia de acompañar a este tipo de sujetos, es que la AC o el conjunto, quede hecho unos zorros, y así, decida no volver nunca a manejar un chisme de estos, o incluso no conducir... porque es la cota de seguridad que tendremos los demás... je je je.
O sea: Una AC o una CV es un vehículo de cartón piedra, sensible al viento lateral, inestable, frágil... y, por mucho que nos parezca que tenemos un chalet móvil para ser libres... en términos de seguridad, es una **** mierda. A no ser que, como mi amiguete, te compres una especie de acorazado con ruedas... y, metido en una pasta gansa, en caso de vuelco, alcance o choque, a la hora de rehabilitar el referido acorazado, habrá que evacuarlo al fabricante y que éste, mire si puede hacer algo... porque casi siempre, acabamos sospechando que, si el chasis ha doblado, nunca más ese vehículo volverá a ser el mismo. O sea: un pastón para tener una buena AC, y, encima, otro pastón para neutralizar cualquier tipo de avería en la estructura... porque aquí, pocos talleres hay que te garanticen una reparación.
¡Jó!: que me perdonen los de las AC, pero es que, como mi caravanita es una mierdecita, cuando me ocurra algo de esto, si la tengo que tirar, habré perdido 3.000 € y compraría otra por el estilo pues para el uso que le vengo dando es más que suficiente. Pero si lo que se me va al carallo es un aparato de 60.000 € confieso humildemente que me vería abocado a las vacaciones del puto inserso... que asumo que son bastante aburridas y patéticas, pero que se liga mucho... con las camareras cuando la Fina no está al loro je je je.
A lo peor, resulta que se me ha entendido que existen dos tipos de campistas: los que saben lo que compran y tienen, y los que ni saben lo que compran ni calculan lo que les costará sostenerlo ni siquiera lo que llevan entre manos. Aunque no haya golpes.
Cordiales saludos.