Joel David JR
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La Sealander es una de esas ideas que parecen sacadas de un invento futurista: una pequeña caravana capaz de funcionar también como embarcación. Su planteamiento es sencillo pero sorprendente: viajar por carretera hacia un lago, botarla al agua mediante una rampa, y pasar la noche flotando mientras se observan las estrellas a través de su techo abatible.
Este remolque, fabricado en plástico reforzado con fibra de vidrio, destaca por su bajo peso —alrededor de 750 kg—, lo que permite transportarlo con un coche convencional y conducirlo con el carnet B. Sus dimensiones reducidas facilitan maniobrar, estacionar e incluso guardar la unidad sin complicaciones.
A pesar de su tamaño, el interior está pensado para aprovechar al máximo cada rincón. Dispone de una zona de asientos con mesa que, por la noche, se transforma en una cama doble de tamaño generoso. El techo retráctil añade un punto muy atractivo: se puede dormir prácticamente al aire libre, con vistas directas al cielo.
En cuanto al equipamiento, incluye una pequeña cocina con fuego de gas y una nevera por compresor, además de un fregadero con depósitos independientes para agua limpia y aguas grises. Aunque no incorpora baño fijo, es posible añadir un WC químico y utilizar una ducha exterior.
Al llegar al agua, la Sealander puede convertirse en una pequeña embarcación al instalarle un motor fuera borda —ya sea eléctrico o de gasolina— de hasta 10 CV. Para permanecer anclado durante la noche se pueden añadir accesorios náuticos como ancla o iluminación adecuada.
El precio de partida ronda los 40.000 €, aunque puede aumentar con opciones de personalización, colores adicionales y equipamiento extra.
La Sealander es ideal para quienes buscan experiencias tranquilas y originales en la naturaleza. No pretende competir con autocaravanas grandes ni con embarcaciones convencionales; su atractivo reside en combinar ambas experiencias en un formato compacto, manejable y único.
Diseño compacto y ligero
Este remolque, fabricado en plástico reforzado con fibra de vidrio, destaca por su bajo peso —alrededor de 750 kg—, lo que permite transportarlo con un coche convencional y conducirlo con el carnet B. Sus dimensiones reducidas facilitan maniobrar, estacionar e incluso guardar la unidad sin complicaciones.
Espacio interior funcional
A pesar de su tamaño, el interior está pensado para aprovechar al máximo cada rincón. Dispone de una zona de asientos con mesa que, por la noche, se transforma en una cama doble de tamaño generoso. El techo retráctil añade un punto muy atractivo: se puede dormir prácticamente al aire libre, con vistas directas al cielo.
En cuanto al equipamiento, incluye una pequeña cocina con fuego de gas y una nevera por compresor, además de un fregadero con depósitos independientes para agua limpia y aguas grises. Aunque no incorpora baño fijo, es posible añadir un WC químico y utilizar una ducha exterior.
Lista para navegar
Al llegar al agua, la Sealander puede convertirse en una pequeña embarcación al instalarle un motor fuera borda —ya sea eléctrico o de gasolina— de hasta 10 CV. Para permanecer anclado durante la noche se pueden añadir accesorios náuticos como ancla o iluminación adecuada.
Precio y personalización
El precio de partida ronda los 40.000 €, aunque puede aumentar con opciones de personalización, colores adicionales y equipamiento extra.
Una propuesta diferente
La Sealander es ideal para quienes buscan experiencias tranquilas y originales en la naturaleza. No pretende competir con autocaravanas grandes ni con embarcaciones convencionales; su atractivo reside en combinar ambas experiencias en un formato compacto, manejable y único.