Josep M.
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Obligan a un concesionario a pagar 26.900 euros a un matrimonio al que vendió una autocaravana con múltiples vicios ocultos y que no llegó ni a su primer destino
El perito llevado a cabo por un mecánico asegura que el vehículo “exhibe actualmente defectos de magnitud considerable y que la totalidad de defectos analizados in situ son anteriores a la emisión del contrato de compraventa”
Una pareja adquirió una autocaravana Citroën Jumper de segunda mano en un concesionario de Gijón; sin embargo, el matrimonio no pudo llegar con ella ni a su primer destino. ¿El motivo? La autocaravana contaba con defectos y averías que no habíans ido advertidos por el concesionario.Tal y como informa Noticias de Navarra, la autocaravana tenía ocho años de antigüedad y 293.000 kilómetros, por lo que la pareja llegó a desembolsar 26.900 euros. Tras este fiasco, el concesionario se ha visto obligado a devolverle dicha cantidad al matrimonio.
La pareja, que estaba a punto de contraer matrimonio, compró la caravana dispuesta a cumplir un sueño en común. Sin embargo, volviendo a Pamplona después de haberla adquirido, observaron que el vehículo daba problemas.
Tras llevar la caravana al mecánico para una revisión, se encontraron con una sorpresa: el vehículo tenía defectos y averías que no habían sido advertidos por parte del concesionario.
Ante esta problemática, la Sección Tercera de la Audiencia navarra ha condenado al vendedor al pago de los 26.900 euros que desembolsó la pareja, la cual presentó un informe pericial con los vicios ocultos del vehículo.
Según la inspección, la autocaravana tenía un defecto en la válvula EGR, que es la que se encarga de reducir las emisiones contaminantes, se le había anulado el testigo de avería del motor, el calculador de motor había sido manipulado, tenía defectos en cablería de los inyectores y en los amortiguadores, tenía roto el guardapolvos derechos de la transmisión y contaba con incorrecciones en la parte alta del motor.
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