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23/02/09
Meknes tiene como todas las ciudades, parte nueva y parte vieja,
pero la verdad es que a nosotros la nueva no nos interesó y nos perdimos por
la vieja medina, otro entramado de callejuelas, llenas de puestos de comida,
ropa y alfombras muy bonitas, sobre todo las bereberes. Hicimos algunas
compras, para lo que tienes que andar espabilado y regatear y regatear hasta
hartarte, pero es su manera de vender, así que ya sabeis, jamás acepteis el
primer precio, porque todo cuesta la mitad o menos de lo que piden.
Llegado el mediodía cogimos unos bocatas en la parte de de abajo de la gran
plaza y nos fuimos a la auto a comerlos, aunque una bolsa de ellos nos los
dejamos en el taxi.
A nosotros Meknes en particular nos ha gustado más que Fez, más
tranquilo, no tan grande y sin tanto bullicio, tanto para conducir como para
moverte por sus calles.
Después de descansar un rato y pusimos rumbo a Asilah, donde de
este día solamente nos dio tiempo a cenar en un restaurante y dormir.
24/02/09
Este es nuestro último destino en Marruecos. Nos ha parecido
preciosa, pero preciosa de verdad, un pueblo costero, con su pizca de turismo,
pero ni por asomo Benidorm. Tiene unas callecitas todas ellas encaladas y
pintadas de azul y verde realmente bonitas, su muralla y la medina, donde
recomendamos hacer las compras que se quieran hacer en Marruecos, porque
nos ha parecido la ciudad donde los precios son y se consiguen más baratos de
las cuatro que hemos visitado.
Hay un área de autocaravanas (para coche+caravana ponía prohibido
aparcar, no entiendo la razón), donde cobran el módico precio de 2 € por
noche, con vigilancia y acompañado al menos de 30 Ac, sobretodo francesas.
Aquí después de callejear por sus calles y hacer algunas compras, nos
sentamos a comer en restaurante típico marroquí. Era como un restaurante de
menú de obrero en España, y aquí sí que fue la repera, porque comimos los
cuatro: tres platos de arroz, uno de berenjenas asadas, cuatro verdeles frititos,
agua y pan por el módico precio de 30 dh (tres euros) TODOS. Echamos la
cuenta y salía a 0.40 €/plato, pero podeis suponer que todo no entraba en ese
precio, porque no había servilletas, calidad en el servicio, ni toilete…, faltaría
más, por ese precio…
Para bajar la comida anduvimos hasta el puerto, pues teníamos
ganas de comer una mariscada, que habíamos oído que aquí era barata, y
cuando llegamos al puerto acababan de descargar todo el pescado de las
barcas, superfresquito, saltando y de marisco no había nada más que
centollos. ¿Y os preguntaréis, qué marisco compraste?, pues centollas, llenas
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