Maravillosa Alemania, Verano de 2019

Sábado 10/08/19 Ring, ring, o más bien: Tiririrí, tiririrí…, es el despertador que nos sobresalta a las 05:00. Es duro sí, pero cuando suena para marcharte de vacaciones, parece que la cama lleve un resorte que te haga saltar de inmediato. Como de costumbre, el día anterior fuimos a llevar lo máximo que pudimos a la caravana, por lo que hoy solo tenemos que coger la comida fría, cámaras de fotos y unas pocas cosas más. Una vez cargado todo y con la caravana enganchada (lógico), salimos a las 6:45 con una temperatura de 24º, el día promete ser caluroso otra vez… Llevamos buena marcha hasta llegar a Montpellier, dónde empiezan a haber algunas retenciones. A medida que avanza el día, el tráfico se va complicando más y hay momentos en los que estamos parados. Peor lo tienen los que van en dirección sur que están haciendo colas kilométricas. Paramos a comer y como es habitual en estas fechas, las áreas de servicio están muy llenas, pero este año tenemos suerte y podemos aparcar en una plaza para caravanas en lugar del habitual de camiones. Dentro de la caravana hace calor, pero estamos cómodos. El menú de hoy es ensalada de pasta y pollo empanado. Después de comer, parece que el tráfico esté un poco mejor. Llegamos al camping casi a las 18:00. Es el L’Oiselon situado en Pont-D’Ain. Lo conocemos de otras ocasiones, es muy grande, con buenas parcelas no delimitadas (por lo menos donde nos han puesto este año), los servicios son correctos, aunque no disponen de papel del WC y el precio es económico. Una noche para los 3 con electricidad nos cuesta 22,10€. Soy de la opinión que por un par de € más, podrían poner papel en los baños y no andar con el rollo en mano… El personal de recepción es muy amable, si les dices que quieres tranquilidad, te asignan la parcela lejos de la piscina que es donde los sábados hay disco. Encargamos croissants para el día siguiente y nos marchamos raudos y veloces al supermercado. Hay que comprar yogures Fjord sí o sí. Ariadna es una fan de ellos y solo los encontramos en Francia. Aprovechamos también para llenar el depósito, ya que en la autopista el precio del gasoil es carísimo. De vuelta preparamos la cena. Fuera no se está mal, aunque al estar cerca de un rio, hace bochorno. A medida que avanza la noche, la temperatura es más fresca y parece que vamos a dormir bien. Domingo 11/08/19 Nos despertamos temprano, vamos a recepción a buscar los croissants que encargamos ayer. Desayunamos y los croissants están tremendos, de verdad. Recogemos y nos marchamos bajo un cielo azul precioso. Hay poco tráfico y al mediodía llegamos a Alemania. La temperatura es más baja que ayer, ronda entre los 26º y 27º y aparecen algunas nubes a medida que va avanzando el día. Llega la hora de comer e intentamos parar en una área de autopista. La mayoría son muy pequeñas y no tienen servicios. Hay una gran diferencia con las francesas, pero claro las autopistas alemanas son gratuitas y las francesas no son precisamente baratas, pero compensan con sus bonitas zonas de descanso. Entramos en una para poner gasoil e intentamos buscar sitio, pero está tan llena que no podemos ni aparcar. Finalmente encontramos una de las pequeñas y paramos el rato justo para comernos una ensalada y el resto del pollo empanado que sobró de ayer. Continuamos y a las 17:20 llegamos al camping Friedensbrücke. Lo conocemos del viaje que hicimos a Polonia. Es un camping muy tranquilo, situado junto al río Neckar. Amplias parcelas con buen césped (está prohibido cubrirlo con losetas o lonas), servicios correctos con papel del WC, pero situados en un edificio en el que hay una escalera bastante empinada. Nos instalamos y justo después de montar el toldo, empieza a llover. La verdad es que después de estas semanas de tanto calor apetece un poco de lluvia, pero lo que al principio son unas simples gotas, se convierten en un diluvio acompañado con mucho viento, la temperatura baja hasta los 19º y nos toca abrigarnos un poco, Ariadna entra en la caravana, pero yo continuo fuera “disfrutando” de la tormenta mientras escribo el diario. A las 20:30 para de llover y deja un cielo precioso. Cenamos fuera. Traemos tortilla de patatas congelada que, aunque no es como hecha en casa, calentita nos sabe a gloria. Después de la cena, inauguramos nuestro tradicional “casino” de verano con unas partidas al continental. Son más o menos las 22:00 y creo que somos los únicos que estamos despiertos, en el camping hay un silencio absoluto y decidimos irnos a dormir ya, que mañana empezamos a hacer el turista.

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