Maravillosa Alemania, Verano de 2019

Viernes 30/08/19 Nos despertamos temprano y no perdemos el tiempo. Desayunamos, guardamos la ropa limpia en las bolsas de viaje, deshacemos las camas y ponemos la ropa sucia en bolsas de basura grandes. Dejamos todo lo máximo recogido. Nos marchamos hacia las 9:00. El tráfico no está mal hasta que llega el mediodía que vamos encontrando bastantes camiones. La temperatura va subiendo, tanto que cuando pasamos por Narbonne, marca 36º, jamás a la vuelta de ningún viaje, hemos encontrado temperaturas tan altas y menos a las puertas de septiembre. Decidimos parar a comer antes de llegar a Perpignan, pero entramos en un área de servicio que está tan mal indicada, que acabamos saliendo. Circulamos un poco a la espera de otra y oigo un ruido que proviene del coche. Es como un zumbido, pero Xavi no lo oye. Quizás son impresiones mías o es el asfalto, pero juraría que antes no lo oía. Lo escucho intermitentemente dependiendo si pisa más o menos el acelerador. De golpe y porrazo el coche empieza a quejarse, en la pantalla aparece: “RIESGO ROTURA DE MOTOR”. Nos quedamos helados, por no decir otra cosa. Por suerte podemos parar en un lateral de la autopista donde hay suficiente espacio para vehículos averiados. Llamamos al RACC y nos comentan que ellos no tienen acceso a rescatarnos dentro de una autopista. Llamamos al teléfono “S.O.S.” que hay en ese espacio y nos dicen que tardaran 30’. Como estamos a pleno sol, abrimos un paraguas para no tostarnos. Hay 33º pero sopla viento i es soportable. Pasados 35’ o 40’ llega una grúa. Nos comentan que hoy es mal día para que nos reparen la avería, viernes mediodía = cierran el taller temprano y mañana sábado cerrado. Nos sube el coche en la grúa y monta un gancho con bola para enganchar la caravana. Nos lleva 20 km hacia el norte y nos deja en un taller Ford que está en medio de la nada. Pasamos a una sala de espera de las oficinas y su aire acondicionado es muy bien recibido por parte nuestra. Llamamos al RACC. La primera vez nos dicen que van a mirar como arreglan el tema porqué según ellos, la caravana no tiene seguro de carretera. No es cierto, sí que tiene. Después de 45’ esperando en el teléfono sin que nadie diga ni “mu”, cuelga y vuelve a llamar, vuelve a explicar el incidente y le vuelven a poner el contestador de “paciencia, manténgase a la espera”. Es en francés y creemos que es el contacto en Francia para que hablen con los del taller. Después de otros 15’ esperando, Xavi cuelga y vuelve a llamar. ¡A la tercera va la vencida! Le atiende una chica muy eficiente, que en un momento comprueba que tanto nosotros como la caravana tenemos seguro y organiza un taxi para que nos venga a buscar desde la Jonquera y nos lleve a casa. El coche y caravana se quedan en tierra de nadie hasta que un camión los repatrie. Comemos un poco de fruta y galletas y esperamos. El taller cierra a las 17:00 y el taxi está confirmado para las 18:00. No quiero tener que pensar en esperar fuera con el calor que hace. Por suerte en el taller tienen mucho trabajo y nos dicen que podemos esperar un rato más. Mientras recogemos las bolsas con la ropa limpia, las cámaras y algunas cosas más. Las sacamos fuera del recinto. Por suerte hay un pino que nos da sombra mientras esperamos. Y el taxi no tarda en llegar. Es una furgoneta pequeña, ¡de haberlo sabido, vacío la caravana! El asiento trasero es muy incómodo y noto que mis lumbares sufren. Después de 3h. de incomodidad, pero mucho agradecimiento, nos dejan en la puerta de casa. Guardamos todo y a diferencia de cada año, solo ponemos 1 lavadora, el resto ya llegará. Espero que en breve llegue todo, intacto y que la avería del coche no sea grave… ¡Han sido unas vacaciones geniales, pero con un final inesperado y no deseado para nunca jamás! Esperando a la grúa (A-9

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