LA ESTAMPA BARROCA DE ANDALUCIA
          
        
        
          
            Es el centro entre las dos mitades occidental y oriental de
          
        
        
          
            Andalucía, entre la tierra baja y los crecientes montes. La ciudad y
          
        
        
          
            sus tierras
          
        
        
          
            
              .
            
          
        
        
          
            
              La ciudad y sus tierras resumen esta doble función a pequeña escala: por delante,
            
          
        
        
          
            
              los Llanos y la Vega, llena de cortijos; a su espalda, la pantalla rocosa de una
            
          
        
        
          
            
              serranía que se eleva bruscamente; y en el escalón intermedio, la ciudad que
            
          
        
        
          
            
              reproduce la eterna ambivalencia entre risco y llanura.
            
          
        
        
          Aupada en un cerro,
        
        
          la
        
        
          parte vieja aparece
        
        
          coronada por las
        
        
          desafiantes murallas del
        
        
          castillo y el torreón del
        
        
          Papabellotas, la fortaleza
        
        
          árabe que puso el reino de
        
        
          Granada a merced de los
        
        
          cristianos cuando cayó en
        
        
          1410. Tal fue la
        
        
          importancia de su
        
        
          conquista por el Infante
        
        
          Don Fernando.
        
        
          Desde entonces paso a llamarse Don Fernando el de
        
        
          Antequera y cuentan que justo antes de iniciarse el
        
        
          asalto final pronuncio la frase “Salga el sol por
        
        
          Antequera y que sea lo que Dios quiera”.
        
        
          En aquel tiempo, sus campos y
        
        
          piedras tenían sus leyendas y
        
        
          romances. La más conocida es la
        
        
          de la Peña de los Enamorados
        
        
          (874 m.). Desde ella, cuentan, se
        
        
          arrojaron dos amantes. El, joven
        
        
          cristiano; ella, mocita
        
        
          musulmana, para eternizar su
        
        
          amor perseguido.
        
        
          El paseo por Antequera, está
        
        
          abierto a bonitas panorámicas,
        
        
          mientas se visita la Real
        
        
          Colegiata de Santa María la
        
        
          Mayor, el Arco de los Gigantes,
        
        
          obras maestras de filigrana en
        
        
          ladrillo como las torres de las
        
        
          iglesias de San Sebastián y San
        
        
          Agustín.