

De subida paramos en unas de las playas de rocas. Una pasada con la marea baja. El mar desaparece
y literalmente no lo ves.
Exactamente paramos en el punto 45.941626,-1.3698083, un aparcamiento gratuito sin mucha
afluencia con la “playa” al lado. Supongo que en marea alta la playa debe de ser bañable, pero en
marea baja tan sólo se puede disfrutar de un paseo por sus piedras, siempre vigilante de que no te
coma la marea al subir. Es cierto que alguna laguna queda entre las rocas para los más peques.
Tras un paseo nos da el hambre y buscamos patatas fritas, ya que llevamos mucho tiempo sin
catarlas.
Paramos en un pueblo cercano a Saint-Georges-d’Oleron. Un simpático pueblo con bonitas calles
y con un mercado con mucha vida, que aprovechamos para montar en una atracción de feria de
spiderman, y de paso comer algo. No encontramos patatas fritas pero cae una Pizza artesanal en el
mismo mercado, momento curioso porque nos cantaron una canción entera de ukelele.. Cosas que
pasan cuando estás de vacaciones. Aquí nos comimos la pizza, directamente en la acera a la
sombra
45.971788,-1..3763487