

Abajo hacer frio… es una pasada la verdad. Tras cruzar los 531 metros de tunel a 31 metros de
profundidad empieza de nuevo el calorcito al volver a subir por las escaleras mecánicas del otro
lado, también de madera.
Ya en amberes nos dejamos asombrar por su torre. Preciosa. Damos un rodeo a la catedral y
pronto descubrimos que no tiene mucho que ver.
Me chocó mucho que la catedral tiene casas construidas pegadas a la catedral, asunto muy
complicado de ver en las catedrales de la península ibérica.