

Tras visitar la playa de Ohama y tomarnos unas patatas fritas, nos vamos al cementerio
americano. Sin palabras.. mucho que explicar a un niño de 7 años, pero las guerras son las
guerras y dejan lo que dejan. Muertos y perdedores. Es una visita espeluznante, pero merece la
pena.
Fijándote en las fechas de los muertos es muy curioso lo poco que cuesta encontrar soldados que
murieron el mismo días del desembarco.