

Sábado 22/08/15
: Nos vamos del camping a las 09:00 después de desayunar y recoger. Tenemos
303 kms. hasta llegar a
Grimbergen
. El trayecto es fluido hasta que llegamos al cinturón de
Amberes que se complica un poco. Llegamos al camping a las 13:10 y está cerrado, hay un par de
caravanas y tres autocaravanas esperando. También muchos coches de los usuarios de la piscina
de al lado. Mientras esperamos que abran el camping comemos los macarrones que cocinamos
ayer. Detrás nuestro se van añadiendo más caravanas. Finalmente, a las 14:00 llega el dueño o
encargado y como hay un austriaco con el coche pegado a la barrera, le pega una bronca
impresionante. Lo hace recular para que él pueda entrar. Nos hace entrar por orden de cola del
vehículo, eso está bien, porqué mucha gente de la que ha llegado más tarde, y tiene su caravana
o auto detrás del todo ha entrado andando y espera delante de recepción quizás con la idea de
colarse…
Cuando llega nuestro turno, descubro que el señor “broncas” es muy simpático y me explica que
hace poco estuvo en Barcelona con los nietos para ver un partido del Barça. Nos adjudica una
parcela y después de montar debajo un sol de justicia, nos vamos a la ducha, que están impecables
y son gratuitas. Hace calor y aprovechamos la tarde para ir al Carrefour con la idea de comprar
cervezas belgas (¡mis preferidas!). Hay montones de marcas diferentes, con precios más baratos
que en España y las de botella tienen un 15% de descuento. Estoy el paraíso !!!
Cargo el carro a tope y salgo más feliz que un niño con una Nintendo nueva (antes era una piruleta,
pero ahora….los tiempos cambian)
Como aún es temprano nos vamos a Leuven. Cuando llegamos vemos que el Ayuntamiento está
en obras. Es una lástima porqué es precioso, pero ya se sabe que para mantener los monumentos
hay que restaurarlos.
Volvemos al camping y dentro de la caravana hay 30º, fuera 27º. Son más grados de los que nos
gustan, pero estamos en verano y es lo que toca. Ariadna y yo nos vamos hacia recepción para
pillar Wifi y allí conocemos unas chicas de Vic con las cuales charlamos un rato. De vuelta a la
caravana probamos una de las cervezas que hemos comprado. No es de mis preferidas, pero no
está mal del todo. Cenamos y jugamos a las de cartas. Mientras, nos damos cuenta que no hay el
silencio que hemos encontrado en los campings holandeses. Este está muy lleno, hace calor y todo
el mundo está fuera, pero continuamos estando en Bélgica y la gente se va a dormir relativamente
temprano y el ruido se acaba pronto.