morcilla y bastantes verduras. Estuvo bastante bien y junto con un
postre, café, vino y pan pagamos 28 €, ¡ah¡, no hemos dicho que
somos dos adultos, un niño de 13 y otro de 3, pero bueno, el
pequeño no cuenta.
Como hacía muy mal día (lluvia, aire) fuimos a por nuestra
auto y partimos hacia Lisboa, pues creímos que en Evora ya estaba
todo visto. Nuestra opinión sobre Evora es que esperábamos algo
mas, y la verdad es que salimos un poco decepcionados.
Llegamos a Lisboa alrededor de las seis de la tarde y nos
dirigimos a la Torre de Belem, que no vimos por dentro, pero si por
fuera y nos gustó mucho. Un poco mas adelante y en la misma
avenida está el monumento a los descubridores, al que tampoco
pudimos subir, pues estaba ya cerrado (todos monumentos,
museos, etc cierran a las 6). Como habíamos visto unas cuantas
autos aparcadas entre los dos monumentos decidimos pernoctar
allí, pues nos pareció un lugar tranquilo y seguro, además de unas
maravillosas vistas a las aguas del Tajo.
Nos hablaron de un barco que te cruza hacia Cacilhas, un
pueblecito en la otra orilla en el cual leímos que se cenaba bastante
mejor que en Lisboa, y nos decidimos a montar, para alucine de mi
hijo pequeño, y desde el cual se ven unas vistas preciosas de la
Torre de Belem y el Monumento a los descubridores. El precio
irrisorio, 0.74 € por persona y trayecto, y menores de 4 no pagan.
Después de pasear un poco e ir mirando varios sitios para cenar,
paramos en uno en el que la dueña salió a recibirnos hasta la
puerta e intentando convencernos para entrar, y mira por donde
que sí entramos.
El restaurante lo regenta un matrimonio y él es igualito al
actor Dani de Vito. El restaurante se llama Cova-fonda, en Rua
cándido dos reis, 103. El menú estuvo compuesto por: Choco a la
brasa con su tinta (muy recomendable) y arroz de tamboril para
dos personas, del cual salieron seis buenos platos, postre, pan, vino
y el famoso "couvert" portugués (mantequilla, queso, patés, etc),
todo ello para tres por 45 €. Volvimos a la auto y dormimos como
lirones.