Y para acabar el día llegamos a
Interlaken.
El lugar mas señorial de los que
habíamos visitado y ante todo el mas
turístico.
Es el paraíso de aquellos a los que les
gusten los relojes, pues en la calle
principal se suceden una tienda tras otra
de las marcas mas importantes... Llenas
de árabes, chinos y rusos comprándolos
como quien compra golosinas.