frío por la noche. Nos dan cambio en francos suizos en el mismo
camping, previo pago de una pequeña comisión.
Una de las cosas que he aprendido con este viaje es que resulta
imprescindible una buena guía con los campings de cada país; si
no se quiere dar palos de ciego y recorrer muchos más
kilómetros de los necesarios. De Alemania conseguimos una
Guía de Campings amplísima, pero de Suiza e Italia no, y lo
echamos bastante de menos.
18 julio
Nos levantamos tarde. Empieza a llover. Vemos la ciudad.
Fuimos a la estación de tren por una guía turística de la ciudad.
Visitamos una Iglesia protestante frente a una católica, cada
una a un lado del río. Esta es la cuna del reformista Zwinglio y
se respira tolerancia religiosa, algo muy alejado de la visión
integrista católica que sufrimos aquí durante siglos, donde por
ser sospechoso de practicar el Islam, judaísmo o erasmismo
podías ser encerrado en una mazmorra inquisitorial o perder la
vida. El autobús número 165 nos llevó directamente a la vuelta
al camping.
Compramos algunos souvenirs para la familia.
19 julio.
Camping por los dos días: 90,10 francos suizos, unos 60,50 €.