Buenos Aires, 16 abr (dpa) – Hace menos de dos años Cristina Fernández de Kirchner felicitaba a YPF por su contribución al abastecimiento de petróleo y gas en la Argentina. Hoy, 16 meses después, la presidenta argentina dio un nuevo giro a su política energética al anunciar la nacionalización de la petrolera, controlada mayoritariamente por la española Repsol.
Fernández de Kirchner informó que enviará al Parlamento un proyecto de ley para declarar de interés público la explotación de hidrocarburos y lograr la expropiación del 51 por ciento de las acciones de la petrolera con el objetivo de lograr autoabastecimiento energético.
Con el anuncio, la mandataria argentina pone fin a semanas de forcejeo entre Buenos Aires y Madrid, pero abre un nuevo frente. El gobierno español de Mariano Rajoy aseguró que dará una “respuesta adecuada” a Argentina. El ministro del exterior espanol, José Manuel García Margallo, ya había amenazado con la ruptura de las relaciones entre ambos países, no solo en materia económica.
“El modelo no es de estatización, que quede claro, sino de recuperación de la soberanía y control de un instrumento fundamental. (YPF) No será manejada por un grupo empresario nacional ni internacional, sino por el Estado nacional”, dijo Kirchner.
“Proseguir con esta política de vaciamiento, de no producción, de no exploración… prácticamente nos tornaríamos en un país inviable, por políticas empresariales y no por recursos, ya que somos el tercer país en el mundo, según la agencia de petróleo de los Estados Unidos, luego de China y EEUU, en tener gas”, agregó.
En diciembre de 2010, la presidenta había felicitado a la petrolera por “aumentar por primera vez la producción de barriles” de petróleo y de gas natural. Frente a los directivos de YPF, entre ellos el titular de Repsol/YPF, el español Antonio Brufau, Kirchner celebró el ingreso de la familia argentina Eskenazi al paquete accionario de la empresa.
“En realidad el management de YPF Argentina ha cambiado sustancialmente con la incorporación de un socio argentino”, dijo. Y agregó que “cuando los que están en management son dueños, la gestión mejora”. Pero la situación no mejoró y la producción siguió cayendo dramáticamente en los últimos anos.
“YPF nos convirtió en importadores netos de gas y petróleo con un déficit de 3.029 millones de dólares” anuales, sostuvo Fernández de Kirchner, y apuntó: “Somos el único país de Latinoamérica y casi del mundo que no maneja sus recursos naturales”.
En su larga historia, no es la primera vez que la petrolera YPF queda envuelta en los vaivenes de la política argentina. En 20 años, dos gobiernos peronistas tomaron posturas contrapuestas: mientras que en 1992 uno la privatizó, ahora la empresa controlada por la española Repsol está frente a una nacionalización.
Desde hace algunos meses, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner le venía reclamando a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) mayores inversiones.
Ante los rumores de los últimos días, el gobierno español reaccionó de inmediato: “Cualquier agresión que viole el principio de seguridad jurídica a Repsol será considerada una agresión contra España”.
El conflicto en torno a YPF ha venido incrementándose en los últimos meses y desde fines de febrero seis provincias retiraron áreas que tenía YPF bajo su concesión: Santa Cruz, Chubut, Mendoza, Río Negro, Neuquén y Salta.
La situación no sorprende en YPF, una empresa acostumbrada a los vaivenes políticos. Todo esto ocurre a dos décadas de la ola de privatizaciones de las empresas públicas impulsada por el gobierno peronista de Carlos Menem (1989-1999).
Las principales reformas de YPF en el marco de la política privatizadora del menemismo se llevaron a cabo entre 1991 y 1992, cuando la compañía petrolera se convirtió en una Sociedad Anónima. En 1999 la español Repsol adquirió casi la totalidad de las acciones de la petrolera estatal argentina.
Recién en marzo de 2011, la Justicia confirmó el sobreseimiento del ex presidente y de su ex ministro de Economía Domingo Cavallo en una causa por presuntas irregularidades en el proceso de privatización de YPF. “Una mala administración no se traduce en la comisión de un delito”, consideró la Justicia.
Cuando Menem la privatizó, habían pasado 50 años desde que Juan Domingo Perón, durante su primera y segunda presidencia (1946-1955) consolidara la nacionalización de los yacimientos y el monopolio estatal concentrado en YPF, cuya máxima expresión fue la inclusión en el artículo 40 de la Constitución reformada en 1949 de la cláusula que establece la “propiedad inalienable e imprescriptible de la Nación” de los yacimientos de petróleo, carbón, gas y demás fuentes naturales de energía.
“YPF es de todos”, dijo hoy la mandataria.”Las empresas radicadas aquí son empresas argentinas”, afirmó.
El destino de YPF, cuyos orígenes se remontan al descubrimiento de petróleo en la provincia de Chubut, en 1907, vuelve una vez más al centro del debate político