SergioSLC
Midiendo las curvas
Pues como el hilo de los chistes, el de los remolques o tantos otros. Charlar sin ningún objetivo; compartir historias raras, curiosas o sorprendentes. Y empiezo yo mismo.
Tengo a @Asiertxo88 de testigo (que lo he conocido hoy; buenas noches y buen viaje de vuelta)
Estábamos en la mini disco del Tamarit, todo normal. Veo a un tipo de seguridad grandote acercarse a un tipo raro del público.
Pero raro, raro. En los huesos, consumido. Ropa tres tallas grande, cinturón con dos palmos extra, pelo largo y grasiento. Sentado como si nada entre padres sonrientes.
-y la pulsera?
El tío hace un gesto raro, como de incomprensión mezclada con negación. El de seguridad le señala la puerta y el tipo se levanta de su banco. En el camino a la salida va mirando atrás para ver si el de seguridad se ha despistado y puede quedarse dentro, pero no, va tres metros detrás suyo.
Al final el tipo desaparece por el mar de copas. Todo en silencio y sin alborotos.
En ese momento me giro a ver que hace mi hija y no la veo. Que mal rollo me ha dado! He dado dos vueltas y nada. Al final, en un par de minutos ha aparecido saltando oculta por una madre casi tan protectora como yo.
Me he llevado dos malos rollos seguidos quizá sin ningún motivo. Y aquí mis preguntas
Que sentido tiene colarse en un camping?
Y si te cuelas? Te vas a la minidisco?
No te sale mas a cuenta birlar uno de los muchos patinetes eléctricos medios olvidados que hay por aquí?
Porque nadie agradece el trabajo de los de seguridad? Hoy yo me he sentido muy agradecido. En sitios así estamos tranquilos porque somos “todos” padres con hijos; del mismo clan cambiapañales y luchapataletas. Con todo el cariño y respeto a los campistas sin hijos o solteros. Espero que sepáis a lo que me refiero. Nos gustan los campings porque la gente rara se queda fuera, pero para eso necesitamos -lamentablemente- a la gente de seguridad.
Se admiten más historias raras y curiosas. Me gusta leeros.
Tengo a @Asiertxo88 de testigo (que lo he conocido hoy; buenas noches y buen viaje de vuelta)
Estábamos en la mini disco del Tamarit, todo normal. Veo a un tipo de seguridad grandote acercarse a un tipo raro del público.
Pero raro, raro. En los huesos, consumido. Ropa tres tallas grande, cinturón con dos palmos extra, pelo largo y grasiento. Sentado como si nada entre padres sonrientes.
-y la pulsera?
El tío hace un gesto raro, como de incomprensión mezclada con negación. El de seguridad le señala la puerta y el tipo se levanta de su banco. En el camino a la salida va mirando atrás para ver si el de seguridad se ha despistado y puede quedarse dentro, pero no, va tres metros detrás suyo.
Al final el tipo desaparece por el mar de copas. Todo en silencio y sin alborotos.
En ese momento me giro a ver que hace mi hija y no la veo. Que mal rollo me ha dado! He dado dos vueltas y nada. Al final, en un par de minutos ha aparecido saltando oculta por una madre casi tan protectora como yo.
Me he llevado dos malos rollos seguidos quizá sin ningún motivo. Y aquí mis preguntas
Que sentido tiene colarse en un camping?
Y si te cuelas? Te vas a la minidisco?
No te sale mas a cuenta birlar uno de los muchos patinetes eléctricos medios olvidados que hay por aquí?
Porque nadie agradece el trabajo de los de seguridad? Hoy yo me he sentido muy agradecido. En sitios así estamos tranquilos porque somos “todos” padres con hijos; del mismo clan cambiapañales y luchapataletas. Con todo el cariño y respeto a los campistas sin hijos o solteros. Espero que sepáis a lo que me refiero. Nos gustan los campings porque la gente rara se queda fuera, pero para eso necesitamos -lamentablemente- a la gente de seguridad.
Se admiten más historias raras y curiosas. Me gusta leeros.