Esta noche estoy un poquito cansado, a ver si consigo relajarme... Es curioso que estoy todo el día deseando llegar a casa para estar con los míos y de un tiempo a esta parte
me da miedo que llegue el momento, me pongo muy nervioso...
Analizando la situación, intento averiguar cual puede ser el motivo de esta angustia, porque que en el trabajo no estemos pasando por uno de los mejores momentos, pienso que me puede influir, pero no como para que allí esté bien y al llegar a casa me agobie... Así que rápidamente descubro que la pequeña puede ser el motivo...
Es terrible para mi descubrir esto porque la quiero con locura (Creo que deberías de eliminar tu sentimiento de culpa previa, eso te hace enfrentarte a la situación con prejuicios) y la situación me hace sufrir mucho... Está en una etapa rebelde y desobediente en casa (porque el en cole dicen que es un primor y la tiene en un pedestal...).
(puede que en clase sea más dificil zafarse de la disciplina)
Hemos descubierto que no soporta que su madre y yo hablemos, no respeta los turnos establecidos en la mesa para exponer nuestras cosas con orden y entonces salta por encima repitiendo alguna frase sin cesar, si puede incluso más alto que nosotros... (
os acordais de: cuando hablan los mayores los niños deben callarse. Pues hay que encontrar la versión moderna)
Hoy nos hemos enfadado con ella. Le he pedido que se callara (no le tocaba) y seguía por encima, -¡callate!- y seguía por encima -¡cállate!-
y así hasta ocho o nueve veces seguidas en intervalos de tres segundos... Horrible, odio los enfrentamientos y se que no es el sistema más adecuado... Sin pasarme y midiendo mucho, he intentdo acabar radicalmente la situación soltándole un cachete en la boca... En consecuencia casi surge el dramón, pero con mi mirada desafiante contrarrestaba la suya a la vez que le decía -¡cállate!-
y ella seguía por encima, así cinco veces más... Resultado: Ella se ha llevado el protagonismo del momento, su madre no ha terminado de contarme aquello que tanto le interesaba y yo con el corazón encogido y los nervios de punta, no he comido a gusto...
Ya me diréis que es lo que estoy haciendo mal, que seguro que algo es...
Si de buenas maneras le pedimos que se calle, porque es el turno de cualquier de los otros tres, lo acepta (si está de buenas), cuando termina el que sea le doy la vez y entonces comienza ella. Pero como le de por estar con los cables cruzados, se pone rebelde y su turno no acaba... Y lo peor, nos pone a todos de mal humor.
Esto se puede aplicar a cuando volvemos del cole. Las órdenes son claras, cambio de zapatos por zapatillas, colocación del abrigo y la mochila en su habitación, pipí, lavado de manos y a la mesa... Lo hacemos así porque si no no le da tiempo a almorzar, se entretiene mucho. Pues bien... Antes lo hacía sin que le tuviera que decir nada, ahora me desafía por sistema entreteniéndose en cada paso...
Se que los días laborables no les dedicamos demasiado tiempo y ella no lo entiende, pero no puedo hacer más... Lo fines de semana se calma un poco, pero su actitud se está voviendo esta por costumbre...
Y podría seguir pero no quiero aburriros más... Como siempre me deshogo con vosotros...
No se que hacer... Empezaré por irme a la cama con un libro... Quizás me sirva también
Lo siento Perecompte, esta noche tampoco voy a escuchar los vídeos...
Que durmais bien, que descanseis...
Buenas noches