Culminación de un estudio anterior
Culminación de un estudio anterior
En post preteritos,expuse unas teorias sobre las ventosidades humanas,pues bien,para finalizar dicho trabajo,os dejo el final del mismo en este post.
Una de las cosas más propias de la naturaleza humana ha sido la expulsión con muy variada violencia de los gases producto de la digestión, ora por vía superior (eructo o regüeldo), ora por conducto inferior (genéricamente pedo).
Doy por sentado que todos los amables lectores de este "ensayo" han sido testigos, o incluso autores, de alguna ventosidad expelida por el ano, definición que la Real Academia Española hace del pedo, pero seguro que a la hora de explicarlo a sus amigos, deudos, conocidos, colegas o incluso ocasionales compañeros de viaje, han recurrido a una prolija enumeración de sus cualidades, empleando para ello un tiempo que muy bien podrían haber dedicado a otros menesteres.
Con ánimo de paliar este inconveniente oso acometer la tarea de clasificación de este evento fisiológico sobre la base de los efluvios que acompañan la ventosidad en cuestión, emanaciones químicas en forma de gases y/o sustancias sólidas o líquidas. En cuanto a los sonidos que acompañan estas manifestaciones, y dado que no soy experto en música, me limitaré a constatar la existencia de pedos ruidosos y silenciosos, clasificándolos someramente y dejando en manos expertas la clasificación según los acordes, solfeos, escalas, etc.
Quiero expresar mi agradecimiento a las personas que me han ayudado de alguna forma en este trabajo, y que enumero a continuación citando sus méritos:
Mi suegro Don José, autor de los pedos más atronadores que he podido escuchar, a excepción de uno que soltó un elefante del Circo Ruso en plena función, cuando le hicieron alzarse sobre sus patas traseras.
Mi compañero de trabajo Edu, cuyos pedos quedan adheridos a las paredes de cualquier recinto haciéndolo inhabitable durante varios días, aunque ello facilita mucho su estudio.
El eximio poeta en lengua valenciana Don Maximiliano Thous, que junto a otros vates de menor fama, aunque de similares méritos, han glosado al pedo haciéndolo protagonista de inmortales rapsodias.
Mi amada esposa, que con su costumbre de taparme la cabeza cuando ventosea en el tálamo, me ha permitido llegar a ser un experto "catador".
Yo mismo, autor de un pedo tan podrido en Octubre de 1985, que tuve que parar el coche en el Alto del Perdón, cerca de Pamplona, y apearme a toda prisa bajo una terrible tormenta, antes de fenecer en el interior.
CLASIFICACIÓN
Por su sonoridad
Ruidosos:
Cataclísmicos.- Ensordecedores y capaces de ocasionar desgarros.
Típicos.- Son los pedos considerados "normales". Asombran pero no asustan.
Forzados.- Cuando necesitan la ayuda del autor para encontrar la salida, ya sea masajeando el estómago, haciendo fuerza o levantando una nalga del asiento. Son de resultado incierto.
Transeúntes.- Los que salen mientras el sujeto se desplaza, acompasados a cada paso. Pueden subdividirse en función del lugar donde se expelen: subiendo escaleras, caminando por la calle, etc.
Domesticados.- Aunque parezca mentira, hay personas que tras penosos y largos entrenamientos han conseguido que sus ventosidades suenen a famosas piezas musicales, siendo notorios los casos de Jeremías Fuentes, de Campohermoso (Almería), alias "El Chiflo", famoso por su habilidad para interpretar la obra de Manolo Escobar con "música de viento", especialmente el tema titulado "Mi carro", y Genís Bufestendres, de Mollerusa (Lleida), hábil intérprete del "Sitio de Zaragoza" a dos voces también con sus ventosidades.
Falleros.- Similares a tracas, con altibajos y final muy estrepitoso.
Silenciosos:
Bufas.- Nombre genérico para los pedos sin ruido notorio.
Troceados.- Pedo que, para disimular, se intenta que salga poco a poco.
Por su aroma.
Bufa negra.- También llamado "pedo podrido", es el más hediondo de todos. Por lo general es silencioso, con lo que aumenta su peligrosidad por el factor sorpresa. Especialmente indicada para disolver reuniones, etc.
Perfa.- Es una bufa menos intensa que la anterior, con olor reconocible: ajo, coliflor, etc. . El hecho de que se reconozcan los ingredientes básicos la hace especialmente repulsiva.
Calefa.- Similar a la anterior, pero con olores químicos: fermentos lácteos (queso), ácidos, etc. Nauseabunda sobre todas las cosas es la que huele a descomposición bacteriana (patata podrida).
Por su acompañamiento.-
Volcánicos.- Con salida violenta de "materiales internos" de todo tipo.
Tuestabragas.- Los gases expelidos son extraordinariamente densos, incluso con elevado porcentaje de humedad.
Con burbujas.- Los vapores vienen con líquido y decididamente dejan la ropa interior con estampados, en el caso de que antes fuera de colores lisos.
Una vez aprendida esta clasificación, podremos decir a nuestro vecino de asiento en el autobús que el olor que está llegando a su pituitaria procede de una bufa negra con burbujas que le ha dejado al "gotéle" los calzoncillos, en lugar de proceder a prolijas explicaciones que seguro le aburrirían.
Cuando ya posea un grado medio de práctica en el tema, será capaz incluso de detectar en el aire las masas de vapores procedentes de una perfa o una calefa, por lo general silenciosas, y que presentan el aspecto de nubecillas de colores entre el azul y el negro, en función de los componentes originales, y que pueden empañar un espejo de ascensor o los cristales de las ventanillas del metro.