Francia, Luxemburgo y Bélgica, un recorrido por la memoria 29 En 1902, gran parte del barrio entre las calles Nord des Foissants y St-Julien fue derruida para construir el mercado cubierto. No obstante, logró salvarse la casa románica más antigua de Albi, fechada en el s. XII. Tan pronto como empezaron las obras de excavación para los cimientos, aparecieron fragmentos de vasijas y cerámicas, vestigios de la época galorromana, que hoy enriquecen la sección arqueología del museo. EL PALACIO DE LA BERBIE - ALBI Copyright : Office de Tourisme Albi El Palacio de la Berbie, antiguo Palacio episcopal se construye en el s. XIII y es anterior al Palacio de los Papas de Aviñón. Es uno de los castillos más antiguos de Francia y de los mejor conservados. Marco excepcional del Museo Toulouse-Lautrec, parte esencial de la Ciudad episcopal, el Palacio es admirado también por sus jardines a la francesa y sus espectaculares vistas sobre el río Tarn y en contrapicado sobre la catedral. El Palacio episcopal, una fortaleza imponente Esta imponente fortaleza es la incontestable expresión de la fuerza temporal y espiritual de los obispos de Albi que ordenaron su construcción. La altura de los muros y su espesor demuestran su papel defensivo y disuasivo. Sin embargo, a lo largo de los siglos, diversas remodelaciones han venido transformándolo en un verdadero palacio de recreo. El edificio primigenio se construyó alrededor de una sala feudal unida a la torre St. Michel, que servía de tribunal (en la se dirimían los pleitos), y de las cárceles eclesiásticas. El aspecto defensivo se ve realzado por las fortificaciones y la construcción de una nueva torre, la Torre Maga, enorme torreón de 50m de alto, flanqueado por 4 torres de ángulo. En el s. XVII, desaparecen las fortificaciones y se abre una puerta sobre la ciudad desde el quai Choiseul bajando hacia el Pont-Vieux. Galerías, grandes salones, una biblioteca y algunas terrazas vienen a adornar el conjunto. Un jardín a la francesa dominado por un adarve sustituye la plaza de armas. Al aplicarse la ley de 1905, relativa a la separación de la Iglesia y del Estado, el palacio deja de ser residencia episcopal y se convierte en propiedad de la ciudad y sede del museo Toulouse-Lautrec, museo con fama internacional, y una colección excepcional del pintor albigense. La visita de este monumento particularmente bien conservado está estrechamente vinculada a la de las colecciones del museo, a la de las salas abovedadas de origen medieval y los pavimentos, contemporáneos
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