Viaje por Alsacia y ruta romantica

133 Castillo de Neuschwanstein Si hay una imagen por excelencia de Alemania, y por supuesto de la región de Baviera, esa es la del castillo de Neuschwanstein, cuyo nombre en alemán significa “Nueva roca del Cisne”, ya que se ubica junto al Lago del Cisne. Ordenado construir por el fantástico Luís II de Baviera (coronado rey en 1864 cuando sólo tenía 18 años), su primera piedra se puso el 5 de septiembre de 1869 y fue acabado en 1886. El diseño se debe al escenógrafo (que no arquitecto) Christian Jank, y es el destino turístico mas visitado de Alemania. Cuando veáis con vuestros propios ojos el lugar de su emplazamiento entenderéis el porqué. Neuschwanstein fue la mayor excentricidad que se permitió el llamado “Rey Loco”, como se le conocía por su ansia de evadirse de la realidad, aunque no la única, ya que también diseñó y construyó el castillo de Linderhof (su favorito), que usaba en épocas estivales, y el de Herrenchiemsee, erigido en una isla del lago Chiemsee, y para el que se tomó como modelo el Palacio francés de Versalles. Sin embargo, fue Neuschwanstein el castillo que eligió para refugiarse de todo lo que le rodeaba, por eso puso tanto empeño a la hora de construirlo. Tal era la obsesión que tenía por construir este castillo que gastó todo su dinero y parte del tesoro del reino, incluso se dice que pensó en asaltar bancos para terminar su palacio (las leyendas urbanas son así). Eligió los mejores materiales y mano de obra bávara para su construcción, y quiso un castillo con todas las innovaciones tecnológicas de la época. Así, Neuschwanstein cuenta con una completa red de luz eléctrica, agua corriente (fría y caliente), calefacción, WC como los de hoy en día, un ascensor para los alimentos, o una cocina que aprovechaba el calor siguiendo unas teorías de Leonardo da Vinci. (Castillo de Hohenschwangau desde Neuschwanstein)

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