Viaje por Alsacia y ruta romantica

139 Füssen Como ya dijimos antes, en un agradable paseo de unos veinte minutos por la Augsburgerstrasse nos hacemos los 2 km que separan el área de la ciudad. Los hay que se lo hacen en bicicleta pero no es nuestro caso, lo primero porque no nos las hemos traído y lo segundo porque no hay bici que soporte mis 105 kilitos de nada, y para qué engañarnos, tampoco hay ganas de aguantar el insufrible sillín en la zona escrotal… Para futuras ocasiones nos pensaremos alquilar dos, una para Inma y otra para Javi, yo prefiero andar o alquilar una moto... Este es el último pueblo de la Ruta Romántica, que en cierto modo, y salvando las distancias, me recuerda a Dosbarrios, el pueblo de Inma, más que nada por la forma de celebrar sus fiestas, a lo grande, que no por otra cosa, dicho sea de paso. Por la Reichenstrasse accedemos al casco histórico de esta ciudad que está celebrando la Stadtfest, algo así como la fiesta grande. Durante este fin de semana el pueblo se viste de gala y se llena de turistas ávidos de cerveza, salchichas y chuletones. El claro ejemplo de lo que decimos es la Brunnengasse, una pequeña callejuela donde hay montado un escenario sobre el que hay un cantante alemán en pleno estado de éxtasis, sudoroso y con unos movimientos compulsivos más propios de Mick Jagger que de una persona normal. El susodicho cantautor, con un parecido a Labordeta más que razonable, toca su guitarra al compás de las palmas de los asistentes al concierto. Mientras, en uno de los bares que por decenas se congregan por la zona, un curioso personaje disfrazado de guardabosques (su chaleco color salmón y su pantalón corto de pana marrón lo delatan), sirve una tras otra innumerables jarras de cerveza de litro. Sus largos y rubios bigotes se mueven al mismo ritmo de las parejas que bailan al son de las canciones del Labordeta bávaro. Mesas repletas de gente; gente bebiendo jarrones de cervezas de litro y ciclópeas salchichas con ketchup (jamás había visto salchichas de este tamaño); enormes chuletones de buey asados con carbón vegetal, en fin, como en Dosbarrios…Sólo falta la zurra, el queso de Romero y el jamón serrano de Tarancón. ¡Qué festín! Como a mí esto me encanta, y disfruto como un cochino en una charca, acabo haciendo fotos a todo lo que se mueve, y como el que más se mueve es Labordeta, a él me dedico en cuerpo y alma, como con la novia en una boda… (Füssen. Imágenes de la Stadtfest. A la derecha, el curioso camarero/guardabosques) Suponemos que fuera de esta época tan festiva y gozosa, Füssen será una ciudad más tranquila que lo que hoy se nos muestra, ya que pasear por sus calles se hace, por momentos, bastante complicado. A su favor hay que decir que casi todo su casco viejo es peatonal, lo que facilitará su cómoda contemplación sin preocuparse por el agobio de los coches, eso sí, si como nosotros osáis visitarla en plena Stadtfest, olvidaos de la tranquilidad.

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