Viaje por Alsacia y ruta romantica

162 La imponente mole de arena es visitada cada año por más de un millón y medio de turistas; turistas que, como nosotros, se sorprenderán al ver desde los pies de la duna la diminuta e inestable escalera por la que hay que subir a la cima. La sorprendente cantidad de arena que cubre el último tramo de escalera hace que dudemos si subir calzados o descalzos. Puede más la primera opción y con la cámara de fotos al hombro emprendemos el ascenso a la cumbre del Everest de las dunas europeas, la gran Duna de Pilat. Haciendo piernas, vamos poco a poco trepando por la escarpada y blandita pared. Asidos a las cuerdas de la escalera, de vez en cuando perdemos el equilibrio. Andar por aquí no es fácil, y menos si las fuerzas escasean. Paso a paso, con la tranquilidad que da saber que de momento no se la van a llevar, seguimos con la vista puesta en el siguiente escalón que está más tapado, si cabe, que el anterior. Veo a Inma y a Javi allí abajo, ellos suben más lentos que yo. Cada cierto tiempo tienen que pararse. Si das un mal paso, te hundes y retrocedes dos. Llegados a la mitad, dudas si seguir o bajar. Es peor lo segundo que lo primero porque te vienen los que suben, en fin, un galimatías. Por fin, muy cansados, alcanzamos la cima. Entiéndase que emplear en este párrafo del relato la primera persona del plural es una forma de hablar, ya que Inma y Javi siguen a lo suyo, ellos coronan la cima un minuto después que yo. La medalla de vencedor brilla por su ausencia. Un olvido imperdonable. Una vez arriba, observamos a numerosos “escaladores” descansando del ajetreado ascenso, no es de extrañar teniendo en cuenta el sobrehumano gasto de energía. Mientras, aprendices de parapentistas sin paracaídas se tiran ladera abajo hasta que, unos metros más abajo, consiguen frenar con la cabeza. Y otra ver para arriba… Sus colegan aplauden jubilosos las piruetas circenses de sus compañeros. Desde aquí arriba se ve el extenso bosque de pinos y la bahía de Arcachon. El final de la duna se pierde por la línea de la costa. Visto lo visto, creo que ha perecido la pena el esfuerzo. La bajada es más de lo mismo pero con el peligro de tropezarse o escurrirse y caer rodando cual bola de nieve se tratara. Una vez abajo, nos sacudimos la arena acumulada en las deportivas, los calcetines y los bolsillos. Ha sido una buena experiencia, otra más. A las 21:10h llegamos a la autocaravana. Hacemos una cena ligerita y nos preparamos para dormir, un poco temprano para nuestras costumbres pero estamos muy cansados. Poco antes de las 23:00h nos despierta el camión de la basura. Este parking es así, con camión de basura y todo. Se marcha con viento fresco y seguimos durmiendo. PERNOCTA EN LA DUNA DE PILAT: Parking de la Duna de Pilat Avenue de Biscarrose Coordenadas GPS: N 44º 35’ 53.57’’ - W 1º 11’ 50.27’’ (N 44.59820 - W 1.19728) Situado a las faldas de la Duna de Pilat. Precios de 2007: 9,20€ por pernoctar

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