Viaje por Alsacia y ruta romantica

69 Würzburg Aquí comienza la Ruta Romántica de la forma más brillante posible. Esta ciudad medieval, destruida en un 90% el 16 de marzo de 1945 durante los 20 minutos que duraron los bombardeos en plena Segunda Guerra Mundial, supo reponerse de manera espléndida y supo mantener la fisonomía que tenía antes de su destrucción. Y no sin polémica, ya que fue necesario un referéndum para decidir si se hacía una ciudad nueva en otro lugar o se reconstruía ésta. Ganó la segunda opción. Una de las señas de identidad de Würzburg es su río. El Meno, a su paso por la ciudad, divide el monumental casco histórico de la fortaleza Festung Marienberg y de sus colinas repletas de viñas que para sí las quisiera mi suegro. Esta fortaleza, situada en la margen izquierda de río y desde cuyo privilegiado emplazamiento se domina la ciudad, fue la residencia de los Príncipes-Obispos hasta 1719, año en el que se iniciaron las obras de lo primero que veremos en nuestra visita, La Residenz. Y aquí estamos, en la Residenz, unos de los monumentos más importantes que posee Würzburg y una obra maestra del barroco que, construida por el genial Balthasar Neumann en el siglo XVIII, fue residencia de los Príncipes-Obispos y es considerada como "el palacio de los palacios" y como el “Versalles alemán”; y la verdad es que cuando se ve de frente, toda la fachada y la entrada principal recuerda al palacio francés. Esta joya, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981, tardó en construirse 25 años (1719-1744), durante los cuales pasó por infinidad de cambios y vicisitudes hasta que pudo ser terminada. A este Palacio principesco, Napoleón (muy poco querido por aquí) lo llamó “la casa de curas más bonita de Europa”, y aunque lo dijo para burlarse de ella, lo cierto es que no se equivocó en absoluto, el palacio es una maravilla, tanto el interior como el exterior y sobre todo, sus jardines. El inicio de la visita se hace en la Plaza de la Residencia. Ante el palacio, en el Patio de Honor, a escasos 50 metros de donde hemos aparcado la autocaravana, podemos ver la fuente de Franconia, obra de Ferdinand von Miller en 1894 y creada en honor a los tres grandes artistas que dio la ciudad: Riemenschneider, Grünewald y Von der Vogelweide (¿Quién no los conoce?). (Würzburg. Plaza de la Residenz. Fuente de Franconia)

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