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Panorámica del Principado de Mónaco
Impresionantes coches aparcados. En la imagen un Rolls
Royce.
ver multitud de cachivaches y cosas colgadas del techo al mas puro estilo de una película de terror. Había unos niños con
la piel clara, clara y los ojos hundidos, que nos decían: ¡hola! muy serios y sin reírse, nos recordaban a los niños de la
película “Los otros”, otra mujer hablando con los pájaros. A la niña la pusimos unas películas en el DVD y la
mantuvimos bien cerca del campamento toda la tarde, cenamos y después vimos una película en el DVD. Sin dejar de
mirar la fachada tenebrosa del viejo caserón.
Jornada 23 Torino (Italia) – Les Issambres (Francia) 370 Km. (domingo 20-8-2006)
Nos levantamos bastante pronto desayunamos y
salimos cagando leches de aquel camping tan cutre,
A las 9h de la mañana ya estábamos camino de la
costa azul. El motivo de entrar a Italia y dormir en
Torino era por bajar por la costa azul y poder visitar
unas horas el Principado de Mónaco, y hacia allí nos
dirigimos. Salimos de la autopista hacia Mónaco que
esta situado entre las laderas de unas montañas,
descendemos a la ciudad por unas carreteras sinuosas
y con curvas. Una vez en la ciudad nos dirigimos a
un parking público muy cercano al Casino Monte
Carlo. La ciudad nos encantó, es bella, limpia, con
unas casas preciosas donde se respira el glamour, el
poder y el olor del dinero. Allí vimos coches
impresionantes, unos yates de ensueño y a sus
ricachones dueños. En la entrada al casino, era
impresionante ver los Ferraris y los Rolls Royce
aparcados mientras sus dueños se jugaban la pasta dentro. Todos los
turistas se fotografiaban con los coches imaginando y suspirando lo
que harían si fuesen suyos. Al lado esta el hotel Paris donde se
alojan las personas más ricas y famosas del mundo. Seguimos
andando y fuimos caminando hacia el mar, y fuimos a parar a una
de las curvas del circuito urbano de formula 1 justo antes de entrar
al túnel. Atravesamos dicho túnel y de vez en cuando pasaban unos
coches de infarto, acelerando sus motores, sabedores sus dueños del
ruido que hacían en el interior del túnel. Al salir de aquel
ensordecedor ruido de coches y motos potentes ya se divisa el
puerto donde centenares de yates de superlujo descansan, mientras
sus dueños se dejan la pasta en el casino. El calor apretaba de lo
lindo y decidimos sentarnos en una terraza a tomarnos unos
sándwich y unos refrescos por unos 20 euros. Una vez recuperadas
las fuerzas, seguimos paseando y admirando el poderío económico
de la zona. Se respira también por todos los sitios el ambiente de la
competición de la Formula 1, se venden muchas gorras y ropa
deportiva con las principales marcas de los equipos de la
competición. Quisimos subir hacia el castillo de los Grimaldi, pero
el calor y las cuestas que había que subir nos desanimaron,
decidimos reanudar la marcha para llegar a nuestro destino.
Volvimos a la autopista y cuando llegamos a nuestra salida, a unos
15 km de Saint Tropez vimos que era una zona de
playas en la que había muchísimo tráfico, por ser
domingo y hacer tan buen tiempo. Tardamos mucho
en llegar al camping (sin confirmar) de Sallanches en
la playa de “La Gaillarde” y cuando llegamos
nuestros temores se confirmaron. Estaba lleno y no
había plaza. Nos dijeron que siguiésemos por la
misma carretera hacia Saint Tropez y que a unos 10
km había otro camping. Efectivamente el Tomtom
nos decía que había varios campings dirección Saint
Tropez. Al primero que llegamos solo había una
parcela libre con electricidad, pero al sol y en un mal
sitio. Decidimos seguir buscando y por fin llegamos
al camping “Des Mures” en Grimaud a 10 km de
1...,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13 15,16
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