La visita al Monasterio fue espectacular, además había una visita
guiada de niños con sus profesores y me atreví a preguntar a una de ellas
algunas cosas que me interesaban, todo amabilidad y cordialidad, además
entendiendo el castellano perfectamente. Una delicia estos Lusos.
Seguidamente nos vamos a los barrios de Gracia y Alfama, tenemos
ganas de ver el Panteón Nacional, y la Catedral.
Para llegar aquí lo mejor es coger el tranvía nº 28, es una línea
circular que pasa por los barrios más turísticos de Lisboa, tiene unas
subidas de espanto, y si se cruza con otro vehículo o alguno como en nuestro
caso ocupa el gálibo de la vía ya ni os cuento la que se organiza, vamos toda
una Odisea el viajecito en cuestión.