Rumbo a Turquía

cúpula y los minaretes, recuerdo todo lo que me apasiona del Islam y me transporto a la Meca e imagino sus mismos reflejos por el sol y su construcción, agrandada a causa de esta mezquita que se levanta ante mis ojos. Decido entrar y me cubro con un velo que me facilitan a la entrada; me descalzo y me siento para contemplar la inmensidad de su cúpula y sus bellos atauriques que la adornan por todos sitios. Rezo frente al mirab una plegaria donde se mezclan religiones que al fin y al cabo son ramas de un mismo tronco. Sólo por ver la Mezquita merecía la pena hacer el viaje, tantos y tantos kilómetros. Hemos paseado por sus alrededores mezclándonos con la gente y viendo algunos monumentos, como unos baños cercanos, de una gran belleza arquitectónica. Al final cogemos un taxi; es muy tarde y, de todas maneras, no merecía la pena el autobús ya que nos cobra 12 euros y estamos en el culo del mundo. No sé si podré dormir por la emoción. DIA 12 Muy temprano hemos aprendido que hay una estación de tren cercana y después de ésta un dolmus nos ha dejado próximos al palacio de Topkapi; las colas de turistas impresionantes. Hemos estado en el Patio de los Jenízaros y en la Iglesia de Santa Irene donde, casualidad de casualidades, había una exposición española. Esta iglesia fue incendiada en la misma época que Santa Sofía. Al final no hemos entrado al Harem porque la cola era sensacional y hacía un calor asfixiante; con mucha muchísima pena me he quedado pero me he colado a ver el segundo patio. Nos hemos dirigido a Santa Sofía que esta bastante abandonada. A los frescos les hace falta una urgente restauración que, al parecer, llevarán a cabo. Me ha decepcionado un poco después de ver ayer la Mezquita Azul; de todas maneras me lo he pasado “pipa”. Después hemos visto la cisterna y luego a comer a un restaurante en plena calle con un sol de justicia ya que todo estaba hasta los topes de gente. Más tarde, el Bazar egipcio que

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