Paloma
locuaz
Peonza dice: "Cabo norte es el mito de llegar pero las islas lofoten es lo más bonito que he visto hasta ahora"
¡No estoy de acuerdo! No es un mito, es uno de los momentos más emocionantes de mis viajes. Comenzar el último tramo desde Inari hacia C. Norte. Sin cruzarnos con coche algunos, nosotros solos en aquella inmensidad, ¡nosotros y los renos en medio de la carretera que nos impedían avanzar con el coche! Pocas veces he sentido tantísima emoción, tanto que sentía ahogo en la garganta. Lo recuerdo como si fuera hoy. No es un mito es una maravilla como se puede contemplar el cambio de la flora según avanzas en kilómetros. Como los árboles van siendo cada vez más pequeños hasta llegar a desaparecer. Y cómo el musgo va haciéndose gigante y va perdiendo la clorofila hasta camuflarse con la nieve. Poder llegar a Cabo Norte como lo hacemos nosotros, bajando del coche a cada momento para contemplar una maravilla tras otra es de lo más emocionante y maravilloso que he experimentado.
Sin embargo las Islas Lofoten no me impactaron tanto. Tendría que ver quizás la mala travesía que hicimos, creo que por momentos el barco iba sobre uno u otro lado, o subía escopetado hacia el cielo y de pronto bajaba en picado hacia los infiernos... ¡Fue espantoso! solo otra persona y yo nos mantuvimos en cubierta, no quería perderme nada y lo grabé en vídeo, pero me tuve que amarrar a la barandilla para no caerme al océano... Y todo con un viento tan grande que una vez en la isla nos desplazaba físicamente. No era hermosa solo la isla, lo era todo el conjunto. Me están dando ganas de volver. A Inari si que al menos me gustaría ir en avión a pasar unos días, no lo disfruté tanto como hubiera deseado y con el tiempo y sosiego necesario.
¡No estoy de acuerdo! No es un mito, es uno de los momentos más emocionantes de mis viajes. Comenzar el último tramo desde Inari hacia C. Norte. Sin cruzarnos con coche algunos, nosotros solos en aquella inmensidad, ¡nosotros y los renos en medio de la carretera que nos impedían avanzar con el coche! Pocas veces he sentido tantísima emoción, tanto que sentía ahogo en la garganta. Lo recuerdo como si fuera hoy. No es un mito es una maravilla como se puede contemplar el cambio de la flora según avanzas en kilómetros. Como los árboles van siendo cada vez más pequeños hasta llegar a desaparecer. Y cómo el musgo va haciéndose gigante y va perdiendo la clorofila hasta camuflarse con la nieve. Poder llegar a Cabo Norte como lo hacemos nosotros, bajando del coche a cada momento para contemplar una maravilla tras otra es de lo más emocionante y maravilloso que he experimentado.
Sin embargo las Islas Lofoten no me impactaron tanto. Tendría que ver quizás la mala travesía que hicimos, creo que por momentos el barco iba sobre uno u otro lado, o subía escopetado hacia el cielo y de pronto bajaba en picado hacia los infiernos... ¡Fue espantoso! solo otra persona y yo nos mantuvimos en cubierta, no quería perderme nada y lo grabé en vídeo, pero me tuve que amarrar a la barandilla para no caerme al océano... Y todo con un viento tan grande que una vez en la isla nos desplazaba físicamente. No era hermosa solo la isla, lo era todo el conjunto. Me están dando ganas de volver. A Inari si que al menos me gustaría ir en avión a pasar unos días, no lo disfruté tanto como hubiera deseado y con el tiempo y sosiego necesario.