Días atrás, por cosas del destino, me dío por atender a una de las dos o tres llamadas que cada día acostumbran a importunar el descanso de mi familia y el mío propio en las sobremesas.
Esta vez era una chica, de habla latino americana, que en nombre de Telefónica me ofrecía migrar mi ADSL a su compañía. Compañía con la que únicamente teníamos suscrita la Línea Telefónica Básica.
La oferta era mejor que la que yo tenía. Las cuotas mensuales mejoraban en algo más de un euro a las mías, y se me duplicaba la velocidad. Además se me entregaba un router inalámbrico de tipo N, que es más rápido que mi router de tipo G. Solo quedaba a mi cargo la instalación del nuevo router.
Todo ello sin ningún coste adicional para mí, de ningún tipo. ¿Seguro? Sí seguro. Usted solo pasará a abonar los 19.90 € al mes más el coste de la línea durante el primer año, impuestos a parte. Acepté.
Ya tenía todos mis servicios de Telefonía fija, línea, llamadas y ADSL unificados en la misma factura, y además en una de las grandes, la de las ‘Matildes’, una solvente, una de mi confianza, en la de siempre… Creí haber acertado con esa decisión.
Días después me llega a casa el paquete por mensajería del router, el cual abro, instalo y a funcionar… Sentí satisfacción, satisfacción que se vió algo frustrada cuando me di cuenta enseguida de que el router no era de tipo N, sino de tipo G. Que le vamos a hacer, al fin y al cabo tampoco tengo ningún hardware que funcione según el estándar 802.11n.
Y al cabo de algunas semanas, en mi buzón, la primera factura…
Conceptos Ocasionales:
Compra Router ADSL inalambrico 802.11g, fecha 04/09/2009, referencia 0109676006, nº unidades 001, importe unitario 39,95€
¡Válgame Dios! Los señores de Telefónica me la habían metido. ¡Qué decepción!. ¿Cuántas veces habré yo pensado en comprar ‘Matildes’, que Telefónica es una empresa solvente, que solo puede crecer… Pues no. Es como todas. Bueno, crecer si que es problable que siga creciendo, pero es peor que muchas, porque al menos los de antes siempre habían sido honestos conmigo. Bien es cierto que tuve dos o tres incidencias por avería, pero nunca me engañaron tan vilmente.
Al llamar a 1004, selecciono idioma catalán, y uno de sus operadores se identifica con nombre y apellido y me atiende concienzudamente.
Cuando le requiero explicaciones, admite que nunca se engaña a nadie, pero que a veces se omite información.
-Pero ¡por favor! Eso es engañar.
-Bueno… igual sí. Es una omisión. Las personas del departamento comercial tienen que cumplir unos mínimos de ventas, y a veces hacen pequeñas omisiones, que no engaños.
Pocas veces he sentido tanta perplejidad ante tanta sinceridad. Lo prometo.
-Yo si quiere le puedo tramitar una reclamacion que en 10 o 15 días le será resulta por carta a casa, muy probablemente con resolucion favorable.
Me volví a quedar perplejo. Lo comprendí al instante. Muchas personas están ya reclamando y al que reclama se le devuelve. Como es obvio, Telefónica se queda el dinero de los que no reclaman, gente que no sabe expresarse, gente despistada, gente que tiene grandes cargas familiares y no pierde tiempo con las facturas, en fin… Estadísticas habrán…
-Pues sí por favor, tramítame la reclamación.
Tras facilitarle los datos para la reclamación, y tras tramitar me informa:
-Pues esto ya está. Le informo de que tiene usted cobertura Imagenio. Si lo desea puede contratar nuestros servicios de Televisión, GolTV, etc… ¿Estaría usted interesado?
-¿PERDONA?
En ese momento creí haber pasado de lo real a lo imaginario, a la ficción más surrealista.
-¡¡¡Por supuesto que no estoy interesado!!! ¿Oye, esta oferta que me haces, sale de tí o lo tienes escrito en el diagrama que estarás siguiendo?
- Bueno, a veces se nos obliga a seguir ciertas plantillas en las que tenemos que ofrecer determinados productos….
Pues sí, una de las grandes, un ‘blue chip’, una que esta tarde ha cerrado en el parquet de Madrid con más de Cuatromil Setecientos millones detítulos a 18,80 €, me ha engañado vilmente, tan vilmente como los que no son tan grandes, como los que no saben lo que es una acción, como los que no saben ni lo que es una empresa, ni para que sirve.
Los empleados que trabajan dando la cara voz lo llaman “Una omisión de información”.
Déjenme acabar diciendo que yo también tengo en mente ser grande, dejar huella, dar el gran pelotazo, pero ya les digo de antemano que si alguna vez tengo que recibir una carta como esta, yo no lo iba a poder soportar. Por mi naturaleza a mí se me pondría la cara roja de vergüenza hasta explotar.
Atentamente,
jrevertem@gmail.com
Esta vez era una chica, de habla latino americana, que en nombre de Telefónica me ofrecía migrar mi ADSL a su compañía. Compañía con la que únicamente teníamos suscrita la Línea Telefónica Básica.
La oferta era mejor que la que yo tenía. Las cuotas mensuales mejoraban en algo más de un euro a las mías, y se me duplicaba la velocidad. Además se me entregaba un router inalámbrico de tipo N, que es más rápido que mi router de tipo G. Solo quedaba a mi cargo la instalación del nuevo router.
Todo ello sin ningún coste adicional para mí, de ningún tipo. ¿Seguro? Sí seguro. Usted solo pasará a abonar los 19.90 € al mes más el coste de la línea durante el primer año, impuestos a parte. Acepté.
Ya tenía todos mis servicios de Telefonía fija, línea, llamadas y ADSL unificados en la misma factura, y además en una de las grandes, la de las ‘Matildes’, una solvente, una de mi confianza, en la de siempre… Creí haber acertado con esa decisión.
Días después me llega a casa el paquete por mensajería del router, el cual abro, instalo y a funcionar… Sentí satisfacción, satisfacción que se vió algo frustrada cuando me di cuenta enseguida de que el router no era de tipo N, sino de tipo G. Que le vamos a hacer, al fin y al cabo tampoco tengo ningún hardware que funcione según el estándar 802.11n.
Y al cabo de algunas semanas, en mi buzón, la primera factura…
Conceptos Ocasionales:
Compra Router ADSL inalambrico 802.11g, fecha 04/09/2009, referencia 0109676006, nº unidades 001, importe unitario 39,95€
¡Válgame Dios! Los señores de Telefónica me la habían metido. ¡Qué decepción!. ¿Cuántas veces habré yo pensado en comprar ‘Matildes’, que Telefónica es una empresa solvente, que solo puede crecer… Pues no. Es como todas. Bueno, crecer si que es problable que siga creciendo, pero es peor que muchas, porque al menos los de antes siempre habían sido honestos conmigo. Bien es cierto que tuve dos o tres incidencias por avería, pero nunca me engañaron tan vilmente.
Al llamar a 1004, selecciono idioma catalán, y uno de sus operadores se identifica con nombre y apellido y me atiende concienzudamente.
Cuando le requiero explicaciones, admite que nunca se engaña a nadie, pero que a veces se omite información.
-Pero ¡por favor! Eso es engañar.
-Bueno… igual sí. Es una omisión. Las personas del departamento comercial tienen que cumplir unos mínimos de ventas, y a veces hacen pequeñas omisiones, que no engaños.
Pocas veces he sentido tanta perplejidad ante tanta sinceridad. Lo prometo.
-Yo si quiere le puedo tramitar una reclamacion que en 10 o 15 días le será resulta por carta a casa, muy probablemente con resolucion favorable.
Me volví a quedar perplejo. Lo comprendí al instante. Muchas personas están ya reclamando y al que reclama se le devuelve. Como es obvio, Telefónica se queda el dinero de los que no reclaman, gente que no sabe expresarse, gente despistada, gente que tiene grandes cargas familiares y no pierde tiempo con las facturas, en fin… Estadísticas habrán…
-Pues sí por favor, tramítame la reclamación.
Tras facilitarle los datos para la reclamación, y tras tramitar me informa:
-Pues esto ya está. Le informo de que tiene usted cobertura Imagenio. Si lo desea puede contratar nuestros servicios de Televisión, GolTV, etc… ¿Estaría usted interesado?
-¿PERDONA?
En ese momento creí haber pasado de lo real a lo imaginario, a la ficción más surrealista.
-¡¡¡Por supuesto que no estoy interesado!!! ¿Oye, esta oferta que me haces, sale de tí o lo tienes escrito en el diagrama que estarás siguiendo?
- Bueno, a veces se nos obliga a seguir ciertas plantillas en las que tenemos que ofrecer determinados productos….
Pues sí, una de las grandes, un ‘blue chip’, una que esta tarde ha cerrado en el parquet de Madrid con más de Cuatromil Setecientos millones detítulos a 18,80 €, me ha engañado vilmente, tan vilmente como los que no son tan grandes, como los que no saben lo que es una acción, como los que no saben ni lo que es una empresa, ni para que sirve.
Los empleados que trabajan dando la cara voz lo llaman “Una omisión de información”.
Déjenme acabar diciendo que yo también tengo en mente ser grande, dejar huella, dar el gran pelotazo, pero ya les digo de antemano que si alguna vez tengo que recibir una carta como esta, yo no lo iba a poder soportar. Por mi naturaleza a mí se me pondría la cara roja de vergüenza hasta explotar.
Atentamente,
jrevertem@gmail.com
Barcelona, 13 de Octubre de 2009.