chillon
me tenio bajar en marcha
Un «troll» de Internet es el (normalmente es un él) que siente placer al sembrar discordia en Internet. Intenta iniciar discusiones y ofender a la gente. Los trolls son completamente insensibles a las críticas (constructivas o no). No puedes negociar con ellos; no puedes hacerles sentir vergüenza o compasión; no puedes razonar con ellos. No se les puede hacer sentir remordimientos. Por alguna razón, los trolls no sienten que estén obligados a seguir las normas de cortesía o responsabilidad social.
Quizás esto suene inconcebible. A lo mejor piensa «Sin duda habrá algo que pueda escribir que les haga cambiar». Pero un auténtico troll no puede ser cambiado mediante meras palabras.
Uno de los problemas es que las emociones negativas despertadas por los trolls se filtran a otras discusiones. Gente normalmente afable se puede volver agria después de leer un amargo intercambio entre un troll y sus víctimas, y esto puede envenenar las interacciones hasta entonces amigables entre viejos usuarios de un weblog. Ademas, los trolls crean un entorno paranoico, de modo que una crítica tranquila de un recién llegado puede provocar una réplica feroz e inapropiada del autor, que se pone a la defensiva después de una experiencia con un troll.
Los usuarios habituales de la red saben lo delicioso que es que alguien responda a algo que ha escrito uno. Es un encuentro de mentes, lo que es un estremecimiento intelectual, pero también es un reconocimiento del valor de uno, y eso puede ser una recompensa emocional muy satifactoria. Los trolls ansían atención, y no les preocupa si ésta es positiva o negativa. Ven Internet como un espejo en el que pueden mirarse en un éxtasis narcisista.
He recopilado algunos consejos para evitar a los trolls:
Quizás esto suene inconcebible. A lo mejor piensa «Sin duda habrá algo que pueda escribir que les haga cambiar». Pero un auténtico troll no puede ser cambiado mediante meras palabras.
Uno de los problemas es que las emociones negativas despertadas por los trolls se filtran a otras discusiones. Gente normalmente afable se puede volver agria después de leer un amargo intercambio entre un troll y sus víctimas, y esto puede envenenar las interacciones hasta entonces amigables entre viejos usuarios de un weblog. Ademas, los trolls crean un entorno paranoico, de modo que una crítica tranquila de un recién llegado puede provocar una réplica feroz e inapropiada del autor, que se pone a la defensiva después de una experiencia con un troll.
Los usuarios habituales de la red saben lo delicioso que es que alguien responda a algo que ha escrito uno. Es un encuentro de mentes, lo que es un estremecimiento intelectual, pero también es un reconocimiento del valor de uno, y eso puede ser una recompensa emocional muy satifactoria. Los trolls ansían atención, y no les preocupa si ésta es positiva o negativa. Ven Internet como un espejo en el que pueden mirarse en un éxtasis narcisista.
He recopilado algunos consejos para evitar a los trolls:
- La mejor forma de tratar con un troll es ignorarlo y recordar a los demás que también lo ignoren. Un trol siempre busca la atención. Si le llevas la contraria, él ganará. Si le das la razón, él ganará. La única forma de ganarle es ignorándolo.
- Debido a que la mayoría de los sistemas de weblogs permiten mandar comentarios con el nombre que se desee, los trolls aprovechan esta opción para hacerse pasar por otro usuario. En caso de que ocurra, no intentes cargar contra él, pues esto es precisamente lo que él busca: Publica otro comentario avisando de que el comentario escrito por él es una falsificación.
Hazlo de forma discreta, sin insultos ni referencias al troll, pues podrías avivar su llama. - Otra opción, si no es demasiado tarde y alguien no ha caido ya en la trampa y le ha contestado, es simplemente eliminar el Troll-comentario. Esta opción es muy peligrosa, pues a menudo los trolls suelen volver a escribir comentarios acusando al moderador de restringir su “libertad de expresión”. Palabras como “dictador” son muy recurridas en en estos casos por ellos. Recuerda, que la libertad de expresión te permite decir lo que quieras, pero no donde quieras. Por ejemplo: No puedes gritar ¡Fuego! en mitad de un teatro (puedes ser hasta multado por ello si tu afirmación no es verdad). De la misma forma, no tienes por qué permitir que un trol diga lo que quiera en tu weblog. Recuerda que hay servicios gratuitos donde él puede crear su propio espacio y hacer uso de su libertad de expresión.