BASTA YA
..............FILOSOFICAS, RELIGIOSAS E HISTORICAS PARA NO LIMPIAR
Camus entendió fatal el mito de Sísifo. La imagen del noble rey de Corintio empujando eternamente su roca cuesta arriba no simboliza la vida, sino las labores del hogar. Pero tiene que haber alguna filosofía que nos libre de este sino a los hombres casados, del mismo modo que existencialismo nos libra de tener que pensar un argumento para escribir una novela. Pero los Kierkegaard y Heidegger han dedicado demasiado tiempo a pensar en el lugar que ocupa el hombre en el universo y muy poco a pensar en el lugar que ocupa la bandeja vacía de la cena debajo del sofá. Quizá la respuesta esté en la religión. En la India, los miembros de la secta jainista llegan a extremos increíbles para respetar la vida. Los más devotos incluso se tapan la boca con un velo para no tragarse algún bicho sin querer. A lo mejor hay alguna religión que sienta el mismo respeto por los salpicones de grasa de la cocina. Tendré que investigarlo y, de ser así, me convertiré cuanto antes.
Históricamente no sabemos gran cosa. No parece que nadie haya estudiado a fondo el tema de la limpieza del hogar de la antigüedad. Hoy por hoy, no sabemos si las grandes civilizaciones del pasado eran o no unas dejadas para la casa. Yo sospecho que los antigüos griegos eran limpios a nivel personal, pero unos guarros para la casa (exactamente al revés que los griegos modernos) No me pega que Aristófanes fuera de los que cuelgan la túnica el perchero al volver del ágora. En cambio los romanos si que debían ser limpios y ordenados, hasta tenian la virtud de hablar de política durante las orgías. Pero todo son suposiciones. Nunca me he encontrado con un precedente histórico serio de dejadez que me ayude, por ejemplo, a aplacar a Isa cuando me pilla desplumando el pavo con sus tenacillas eléctricas de las pestañas.
Mis mejores argumentos en contra de la limpieza de la casa son de tipo antropológico. En efecto, la definición de la mugre varía mucho de una cultura a otra. En las sociedades donde todo el mundo vive en chozas con mugrientos suelos de tierra, nadie considera mugre esa mugre. Incluso pasa en nuestra sociedad: Isa encuentra repugnantes mis pelos por los suelos y, en cambio, no le molesta el abrigo de visón (No engañaros, a vuestras Isas tampoco)
Pero las ideas de la clase media sobre higiene y decencia se están imponiendo en el mundo entero, a pesar de alguna rebelión esporádica. Hay quien piensa que los años sesenta fueron tiempos de revolución social y política. Yo los considero como la última intentona fallida por evitar las aspiradoras para el coche y las planchas de vapor. Quizá el único recurso del casado sea la maniobra de distracción. ¿No habéis observado nunca que la mirada de quien entra en un cuarto donde está la "tele" encendida se va derecha a la pantalla, por estúpido que sea el programa? A lo mejor me convenía hacer unas cuantas tomas de vídeo de algún salón decente y tenerlo siempre puesto en casa. Lo que tengo que recordar es no poner jamás disculpas tontas como ésta: "Tendrás que perdonarme esta cochambre, cariño, es que soy psicópata" Además de no funcionar........ a la noche, me toca tenerla que poner en la nevera.
Por la vida, Ilis
..............FILOSOFICAS, RELIGIOSAS E HISTORICAS PARA NO LIMPIAR
Camus entendió fatal el mito de Sísifo. La imagen del noble rey de Corintio empujando eternamente su roca cuesta arriba no simboliza la vida, sino las labores del hogar. Pero tiene que haber alguna filosofía que nos libre de este sino a los hombres casados, del mismo modo que existencialismo nos libra de tener que pensar un argumento para escribir una novela. Pero los Kierkegaard y Heidegger han dedicado demasiado tiempo a pensar en el lugar que ocupa el hombre en el universo y muy poco a pensar en el lugar que ocupa la bandeja vacía de la cena debajo del sofá. Quizá la respuesta esté en la religión. En la India, los miembros de la secta jainista llegan a extremos increíbles para respetar la vida. Los más devotos incluso se tapan la boca con un velo para no tragarse algún bicho sin querer. A lo mejor hay alguna religión que sienta el mismo respeto por los salpicones de grasa de la cocina. Tendré que investigarlo y, de ser así, me convertiré cuanto antes.
Históricamente no sabemos gran cosa. No parece que nadie haya estudiado a fondo el tema de la limpieza del hogar de la antigüedad. Hoy por hoy, no sabemos si las grandes civilizaciones del pasado eran o no unas dejadas para la casa. Yo sospecho que los antigüos griegos eran limpios a nivel personal, pero unos guarros para la casa (exactamente al revés que los griegos modernos) No me pega que Aristófanes fuera de los que cuelgan la túnica el perchero al volver del ágora. En cambio los romanos si que debían ser limpios y ordenados, hasta tenian la virtud de hablar de política durante las orgías. Pero todo son suposiciones. Nunca me he encontrado con un precedente histórico serio de dejadez que me ayude, por ejemplo, a aplacar a Isa cuando me pilla desplumando el pavo con sus tenacillas eléctricas de las pestañas.
Mis mejores argumentos en contra de la limpieza de la casa son de tipo antropológico. En efecto, la definición de la mugre varía mucho de una cultura a otra. En las sociedades donde todo el mundo vive en chozas con mugrientos suelos de tierra, nadie considera mugre esa mugre. Incluso pasa en nuestra sociedad: Isa encuentra repugnantes mis pelos por los suelos y, en cambio, no le molesta el abrigo de visón (No engañaros, a vuestras Isas tampoco)
Pero las ideas de la clase media sobre higiene y decencia se están imponiendo en el mundo entero, a pesar de alguna rebelión esporádica. Hay quien piensa que los años sesenta fueron tiempos de revolución social y política. Yo los considero como la última intentona fallida por evitar las aspiradoras para el coche y las planchas de vapor. Quizá el único recurso del casado sea la maniobra de distracción. ¿No habéis observado nunca que la mirada de quien entra en un cuarto donde está la "tele" encendida se va derecha a la pantalla, por estúpido que sea el programa? A lo mejor me convenía hacer unas cuantas tomas de vídeo de algún salón decente y tenerlo siempre puesto en casa. Lo que tengo que recordar es no poner jamás disculpas tontas como ésta: "Tendrás que perdonarme esta cochambre, cariño, es que soy psicópata" Además de no funcionar........ a la noche, me toca tenerla que poner en la nevera.
Por la vida, Ilis