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Las lagunas de Neila
La ascensión a los más de 2.000 metros de La Campiña brinda una visión espectacular de la alta montaña burgalesa
El circo de las lagunas de Neila se esconde en uno de los rincones más solitarios y mágicos del Sistema Ibérico, en la provincia de Burgos.
Datos de interés.Mapa
IÑIGO MUÑOYERRO/BILBAO
Idílica estampa de la zona de nuestra ruta.
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El circo de las lagunas de Neila Negra, Larga, Corta, La Cascada, Los Patos y Brava, entre otras se esconde en uno de los rincones más solitarios y mágicos del Sistema Ibérico, en la provincia de Burgos. Se encierra en un circo glaciar y está rodeado por dos cumbres que superan los 2.000 metros. Destaca la mole de La Campiña (2.049 metros), el punto más elevado y un mirador excepcional que nos permite otear el mar de pinares de La Sierra, burgalés, riojano y soriano, que se extiende a nuestros pies.
Durante muchos años, las lagunas sólo eran visitadas por pastores y leñadores. Ahora, las carreteras de montaña las han hecho accesibles y la estructura de alguna de ellas ha sido reforzada para facilitar la cría de truchas.
La pista sale de Quintanar de La Sierra (hay un letrero) y, entre pinares, nos conduce, primero, hasta el collado de Contadero y, luego, al aparcamiento que se encuentra junto al refugio de las lagunas. Durante el trayecto, y si hemos madrugado, tendremos la posibilidad de cruzarnos con corzos y venados, que abundan en los bosques serranos.
El croar de las ranas
Existen dos opciones para ascender a La Campiña. La más directa consiste en subir por la pedrera (izquierda) y llegar a la meseta superior. Son 45 minutos a paso tranquilo, pero por pendiente muy fuerte. No obstante, resulta mucho más divertido contornear las lagunas superiores y llegar al final de la denominada Negra, donde se inicia el ascenso.
Lo más correcto es seguir la pista forestal que se ha trazado en beneficio de los pescadores. También se puede utilizar un sendero que bordea por la izquierda, pero el terreno es tan frágil y tiene tantos endemismos que no merece la pena pisarlo. Tanto por un lado como por el otro, tendremos la oportunidad de contemplar numerosas aves y, si es época de celo, escuchar el croar de las ranas rojas de montaña.
Una vez en la Laguna Negra (no confundirla con la de Urbión), un sendero bien marcado (izquierda) nos permite escalar hasta el Pico de La Laguna (2.006 metros). Han sido 50 minutos desde el aparcamiento. A partir de este punto, sólo nos resta cumbrear lomas peladas, en las que pastan numerosos rebaños de cabras y ovejas en dirección a la cima de La Campiña.
El terreno es despejado, con pedregales y brezos intercalados y unas vistas excepcionales. Tras un corto paseo, alcanzamos el buzón de La Campiña (1h.15'). El alto está coronado por un vértice geodésico. La bajada se realiza por la vía más directa (1h.45'), si bien conviene tener mucho cuidado con las tormentas.
La ascensión a los más de 2.000 metros de La Campiña brinda una visión espectacular de la alta montaña burgalesa
El circo de las lagunas de Neila se esconde en uno de los rincones más solitarios y mágicos del Sistema Ibérico, en la provincia de Burgos.
Datos de interés.Mapa
IÑIGO MUÑOYERRO/BILBAO
Idílica estampa de la zona de nuestra ruta.
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El circo de las lagunas de Neila Negra, Larga, Corta, La Cascada, Los Patos y Brava, entre otras se esconde en uno de los rincones más solitarios y mágicos del Sistema Ibérico, en la provincia de Burgos. Se encierra en un circo glaciar y está rodeado por dos cumbres que superan los 2.000 metros. Destaca la mole de La Campiña (2.049 metros), el punto más elevado y un mirador excepcional que nos permite otear el mar de pinares de La Sierra, burgalés, riojano y soriano, que se extiende a nuestros pies.
Durante muchos años, las lagunas sólo eran visitadas por pastores y leñadores. Ahora, las carreteras de montaña las han hecho accesibles y la estructura de alguna de ellas ha sido reforzada para facilitar la cría de truchas.
La pista sale de Quintanar de La Sierra (hay un letrero) y, entre pinares, nos conduce, primero, hasta el collado de Contadero y, luego, al aparcamiento que se encuentra junto al refugio de las lagunas. Durante el trayecto, y si hemos madrugado, tendremos la posibilidad de cruzarnos con corzos y venados, que abundan en los bosques serranos.
El croar de las ranas
Existen dos opciones para ascender a La Campiña. La más directa consiste en subir por la pedrera (izquierda) y llegar a la meseta superior. Son 45 minutos a paso tranquilo, pero por pendiente muy fuerte. No obstante, resulta mucho más divertido contornear las lagunas superiores y llegar al final de la denominada Negra, donde se inicia el ascenso.
Lo más correcto es seguir la pista forestal que se ha trazado en beneficio de los pescadores. También se puede utilizar un sendero que bordea por la izquierda, pero el terreno es tan frágil y tiene tantos endemismos que no merece la pena pisarlo. Tanto por un lado como por el otro, tendremos la oportunidad de contemplar numerosas aves y, si es época de celo, escuchar el croar de las ranas rojas de montaña.
Una vez en la Laguna Negra (no confundirla con la de Urbión), un sendero bien marcado (izquierda) nos permite escalar hasta el Pico de La Laguna (2.006 metros). Han sido 50 minutos desde el aparcamiento. A partir de este punto, sólo nos resta cumbrear lomas peladas, en las que pastan numerosos rebaños de cabras y ovejas en dirección a la cima de La Campiña.
El terreno es despejado, con pedregales y brezos intercalados y unas vistas excepcionales. Tras un corto paseo, alcanzamos el buzón de La Campiña (1h.15'). El alto está coronado por un vértice geodésico. La bajada se realiza por la vía más directa (1h.45'), si bien conviene tener mucho cuidado con las tormentas.
