Reservamos en el camping Los Batanes, en las Lagunas de Ruidera, llevando con nosotros a nuestro perro, que es uno más de la familia. Es un perro muy mayor, con diversos achaques: es diabético, tiene el páncreas dañado y necesita cuidados especiales, medicación y comida específica. Siempre que viajamos, él va cómodo en su camita y, debido a que no tolera bien el calor, tras sus paseos descansa en la autocaravana con el climatizador encendido, lo cual es imprescindible para su bienestar.
Al hacer el check-in, informamos de que llevábamos al perro y abonamos el suplemento correspondiente. Nuestra sorpresa fue que nos dijeron que no se podía quedar solo en la autocaravana, ni siquiera un rato corto mientras íbamos a comer. Les explicamos que solo lo dejábamos un momento, con climatización, para evitar exponerlo al calor extremo, pero nos dijeron que no era posible bajo ningún concepto.
Dado esto, entendimos que el perro podría acompañarnos al restaurante o al chiringuito. Sin embargo, en el restaurante nos ofrecieron una mesa fuera, a pleno sol con 36 grados, o como alternativa, que atáramos al perro fuera mientras comíamos dentro. ¿De verdad?
Como es lógico, nos fuimos a la mañana siguiente y, por supuesto, no volveremos. Una verdadera decepción y muy poca sensibilidad hacia las necesidades reales de los animales mayores y sus familias.