Lo de la escobilla del water nos da idea sobre la condición humana y lo que somos capaces de hacer cuando nadie nos ve y gozamos (o creemos gozar) de impunidad. Es absurdo no solo por el tipo de objeto que es, sino porque en el hotel saben nuestro nombre, apellidos y teléfono. Si quisieran, nos harían pasar un rato de vergüenza espantoso.
Lo del robo de la cafetera en el camping (y objetos similares) creo que es más bien una cuestión de oportunidad: "he olvidado traer una cafetera... y allí hay una que me está haciendo ojitos...". O "llevo dos dias sentado en una piedra porque no he traido silla y allí hay una triste y solitaria..." Quiero pensar que es así y quiero pensar que es por falta de experiencia, ya que en ocasiones he pedido o me han pedido objetos mis vecinos de parcela y los he dejado o recibido sin el menor problema y con una sonrisa.