Saludos a todos, webcampistas. Llevo ya un par de años leyéndoos, disfrutando y aprendiendo en este foro. Desde hace 20 meses disfruto ya de una Sun Roller de 2ª mano en la que mis dos hijos de 3 y 7 años, mi mujer y yo nos embarcamos cada vez que podemos. Habremos hecho unas 10 salidas en este tiempo y en cada una hemos aprendido cosas nuevas. Aprovecho este momento para mandar un fuerte abrazo a Unai y familia de Lekeitio quienes me explicaron en la segunda salida que el avance había que meterlo por la guía de la caravana y no apoyarlo encima como hacía yo. Normal que tuviera que recomponer el avance cada día. Cosas de novato, y como esa tantas otras.
No había escrito antes porque no tenía la sensación de tener nada que contar pero en este viaje he tenido un incidente que quiero contaros sobre todo para poder agradecer públicamente a las personas que me ayudaron a resolverlo.
Me encuentro ahora en un camping costero del sur de Galicia que habéis recomendado en este foro en numerosas ocasiones. Gracias también por eso porque O Moino es un camping fantástico para nosotros.
Nuestro viaje empezó en Navarra el domingo. Nuestra idea era hacer una primera parada de dos días cerca de Llanes. En mitad del puente y para sólo dos días nadie reservaba por lo que conforme nos acercábamos fuimos llamando para ver dónde habría sitio. En esa zona de Asturias hay mucha oferta por lo que no pensamos que tendríamos problemas. Finalmente a la 9ª llamada nos dijeron que en Arenal de Moris había algún hueco, pero que espabiláramos. Llegamos y todo perfecto, camping muy chulo con parcelas de hierba razonables y personal muy amable.
Tras pasar dos grandes días nuestra siguiente etapa era desde allí hasta Ribadeo. Comenzamos el viaje y a la hora o así noto unas vibraciones que no acabo de entender, aminoro la marcha, pero no veo claro si se trata del firme o de otra cosa. A los pocos segundos veo por el retrovisor como un trozo negro sale de debajo de la caravana y a ese le siguen otros muchos. En cuanto puedo me salgo de la autovía y aparco en el arcén de una rotonda donde parece que no hay peligro ni molesto a nadie. Bajamos del coche y lo que nos temíamos, un reventón. La rueda totalmente destrozada y, en ese momento no entendía el porqué, la caravana con un boquete de unos 20 cm de ancho por 80 de largo y 50 de alto, afectando al baño y al armario. Todo lo que vemos es un desastre, restos de madera por todos lados, cables seccionados, el plato ducha y el armario del baño destrozados... Se nos cayó el alma a los pies. ¿Nos habíamos quedado sin vacaciones? Afortunadamente estábamos bien. Más adelante en la ruta en cada curva que veía pensaba en lo que habría podido pasar de tener el reventón en una curva cerrada. En fin, no pasó y al parecer tampoco ningún otro coche se vio afectado.
Llamadita a Mapfre y en poco más de media hora vino un chico muy amable que carga la caravana y nos dirige a un taller de Pravia. La atención de la aseguradora y del gruísta de 10. Primer gracias, al trabajador de Mapfre, bien grande porque al final entre descargar, hablar con los del taller y atender a la familia no pude darle las gracias en el momento.
En el autolavado Dani, me explicaron que aunque el dibujo estuviera perfecto y la presión adecuada, las ruedas hay que cambiarlas y me mostraron cómo estaban deformes, sobresaliendo más por la parte central que por la lateral de la rodadura. Nos indicaron donde poder comer y en media hora lo tenían resuelto, cambiando los dos neumáticos por unos reforzados.
Segundo gracias para todos ellos que se volcaron para tenerlo listo cuanto antes preocupándose por todo.
Ya podíamos rodar, pero no teníamos electricidad y el boquete de la caravana daba pavor. San google nos dio información sobre dónde podríamos hacer una reparación de urgencia y contactamos con Caravanas Costa Verde cerca de Gijón. Nos confirmaron que podrían echarnos una mano y no pudieron hacerlo mejor. No sólo arreglaron la electricidad tanto de la nevera como la general (la bomba de agua no pudo ser) sino que pusieron un paso de rueda provisional de manera que el agujero quedó cubierto. A nuestra vuelta habría que arreglarlo en condiciones, pero podíamos seguir nuestras vacaciones.
El tercer gracias, grande, va para el hombre del taller que además no dejó de bromear con los txikis, que os imaginaréis lo cansados que estaban ya, y para todo el equipo de esta empresa.
En fin, que 7 horas después del incidente y 60 km más lejos de nuestro destino nos reincorporamos a la carretera. Aún llegamos a tiempo de poder disfrutar de la fantástica playa de las catedrales, eso sí, con linterna.
Con un café ya frío, desde la cafetería del camping, viendo llover y al mar bailar con las rocas me despido ya de vosotros. Al final el texto me ha quedado muy largo, lo siento. Un saludo a toda la familia webcampista y hasta pronto.
P.D. Queda pendiente la foto de conjunto y la del reventón. A la vuelta en casa, con calma, las pongo un día.
