Ha sido muy gráfico. Aun así un invento que me hubiese gustado probar.Nada como mi invento de mis primeros pasos de campista: Una tapa de un wáter sujeta a unas patas plegables. Al atardecer, me acercaba a la playa, la armaba más o menos de forma que la mar me diese por las pantorrillas, y mientras evacuaba, contemplaba la puesta de Sol... al terminar, ablución con el agua de la mar salada (curte grietas y serena hemorroides), recoger y hasta la próxima.
Pero claro... la civilización fue desarrollándose, el ladrillo okupó todas las playas y rincones que antes eran nuestros, y para rematar, empezaron a invadirnos los wáteres químicos...
Un tacatá con bolsa...Y si le pones unas ruedas puedes pasear mientras haces tus . . . . y tienen la ventaja que no cae todo en el mismo sitio.![]()
jajjajajajajajajaUn tacatá con ruedas..
Eh!!!B
jajjajajajajajaja
Castillo = cestilloYo tengo una ilusión y es cagar mientras estoy reunido jajajaj así que compraré mejor esta discreta silla de oficina.Ver el archivos adjunto 160860
La única pega que le veo es que tiene el castillo muy pequeño.
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Ya lo cambiare por un capazo de obra jejeEse cestillo lo lleno en yo en medio uso... no me vale.
Es muy fácil: Una tapa corriente de wáter y unas patas de alguna banqueta a la que se le haya roto la tela del asiento... se fijan las patas a la tapa y como decía el fallecido Joaquín Prats. ¡¡¡A CAGARRRRRR!!!