transparente y a los pececillos que venían a recibirnos, así durante hora y
media. Llegamos al embarcadero y subimos a un barco que nos cruzó un gran
lago, por supuesto azul turquesa, y con una islita en el medio. Nos llevó hasta
una zona de picnic, con mesas, césped, baños, chiringuitos y el laguito un sitio
ideal. Aquí descansamos un rato y después seguimos con la excursión. Vimos
una cueva pequeñita y después otra más grande. Llegamos a las pasarelas y
lagos que salen en las postales. Un sitio verdaderamente precioso.
Terminamos cogiendo de nuevo el trenecito que nos llevó hasta el parking,
donde probamos las empanadas de queso y confitura que alguien había
recomendado en los viajes leídos en internet. Volvimos al camping de noche.
Sábado, 18 de agosto.
Nos trasladamos a Liubliana, con mucha pena porque Croacia tiene un rico
patrimonio natural y sólo hemos visto una mínima parte. Posteriormente nos
arrepentiríamos de no haber permanecido en Zadar el fin de semana y haber
hecho excursiones por allí, que las hay superinteresantes.
La autopista que nos saca de Croacia en dirección Liubliana pasa por dos
túneles de 5670 m. Cada uno y en esos dos puntos la autopista de tres carriles
pasa a uno. El atasco es descomunal. En el primer túnel el atasco fue hasta
llegar a él de 17 kms. y tardamos tres horas y media, y el 2º túnel 5 kms. media
hora. Estas retenciones las habíamos visto en otras ocasiones pero siempre
estaban en el otro sentido.
Encontramos camping sin ningún problema dirigidos por el Tom Tom, al lado
de la ciudad.
Domingo, 19 de agosto.
Nos levantamos tempranito, como ha sido la tónica de estas vacaciones y nos
vamos a Liubliana en autobús, que sale desde la misma puerta del camping y
nos deja en el centro de la ciudad. Las monedas para el autobús y la
información y mapas de la ciudad nos la dieron en el camping. El río que
serpea Liubliana, el Liublianica, los numerosos puentes, el céntrico Tres
Puentes, el rastrillo de antigüedades, sus elegante cafés, el famoso mercado
de PL
, un edificio monumental con una columnata que va desde los Tres Puentes
hasta el puente de los Dragones dibujando en la ribera del río una suave curva,
el castillo, son rasgos peculiares dentro de la arquitectura de Liubliana.
